por Marcelo Dimango
01 Septiembre de 2015 09:31El domingo se conoció una encuesta, en el diario Clarín, referida a qué quieren los votantes respecto del futuro político y cómo ven la gestión presidencial, entre otras cuestiones. Sin embargo, esos números, a simple vista dejan mucho para pensar. Y quizá en esas contradicciones radique el verdadero por qué se vota como se vota.
Tres cartas se barajan para la elección de octubre: dos ofrecen algo parecido, uno, es bien distinto.
La encuesta de Management & Fit , realizada sobre 2400 casos en todo el país, revela, además de la intención de voto de los candidatos presidenciales, que prefieren los electores de cara al futuro. Mientras un 39% quiere que se cambie el modelo por completo, un 30% elige un cambio con continuidad, es decir que se cambie algo pero no todo. Quienes quieren que permanezca este modelo y se profundice aún más suman el 27,9%.
Así se puede ver que no está claro que quiere la mayoría, ya que los márgenes de diferencia no son tan amplios y casi que se dividen en tres tercios. Después de observar esto en detalle, se puede concluir que tras 12 años del modelo kirchnerista- con crecientes malhumores, varios cacerolazos y un sinnúmero de denuncias de corrupción- los que quieren un cambio rotundo apenas son casi 13 puntos más que los que pretenden que esta etapa se profundice aún más.
Mauricio Macri debió sonreír tras el apretado ballottage porteño y la derrota en Santa Fe. Golpes duros.
No resulta una cifra alentadora para una sociedad que protesta cada vez que puede, pero que quizá no hace lo que deba hacer, en cuanto a su pequeño mundo se refiere. ¿Por qué no se traduce en votos el deseo de aquél 39% que quiere cambiar, es decir comenzar una nueva etapa?
Es una paradoja, pero las cifras entre los que pretenden un cambio radical y quienes apoyan la gestión presidencial, son las más altas de esas mediciones y casi coinciden: 39%, para el primer caso, y 38,1%, para el segundo. Resulta raro. Encontrar el por qué a esta encrucijada seguramente esté escondida en las profundidades de las entrañas de esta sociedad, compuesta por individuos y cada uno de ellos, con su propia historia o necesidades más profundas.
Scioli celebró el domingo de Tucumán, en medio de los escándalos y lo que vendría allí después. Costos.
Por otra parte es muy interesante observar las cifras respecto a la evaluación de la gestión de la presidenta, que lleva ocho años en el poder continuando los cuatro años iniciales de su marido. Mientras solo el 53% desaprueba la gestión de Cristina Kirchner, un 38,1% la aprueba. No parecen ser cifras determinantes para un ciclo que lleva 12 años ejerciendo el poder.
La presidenta, en la cuenta regresiva, y tras 12 años de kirchnerismo, mantiene casi un 40% de aceptación.
Retomando los números, y remitiéndonos a las primeras cifras, respecto de que se quiere para el futuro, de los 39% que quieren un cambio solo menos de la mitad (un 40%) votaría a Macri, el único candidato que lo promueve a viva voz. Y el 20,6% a Sergio Massa. Es interesante, también este dato, ya que Massa fue primero director de la Anses- primero con Eduardo Duhalde y luego con Néstor Kirchner en la presidencia- y más tarde, en 2008, ocupó por un año la jefatura de Gabinete de ministros y hasta fue candidato a diputado del oficialismo en la lista que encabezó Néstor Kirchner y Daniel Scioli, junto a Massa, y que perdió esa elección frente a Francisco de Narváez, apoyado por Macri.
La patética noche de la derrota en 2009 frente a De Nárvaez. Un “dream team” encabezó la boleta K y perdió.
Entre el grupo que elige, al menos por ahora, la continuidad con cambio, el 28% elige a Scioli, quizá el más leal de todos los kirchneristas que hasta aceptó que le designen su vicepresidente. Muy cerca, el 26% elige a Macri y a Massa el 16%.
¿Por qué será que aquellas dos personas que han formado parte de los 12 años del ciclo kirchnerista, suman entre ambos la confianza del 44%, es decir casi la mitad, de los que quieren que se cambie algo pero no tanto?
Mucho más claro está a dónde irán los votos de los que quieren profundizar aún más este modelo: obviamente que Scioli es el mejor visto para esto con el 71,9 de los que quieren ir por más.
La gran celebración de las legislativas de 2013, y el futuro que se abría. Nada hacía preveer lo que vendría.
Otra incógnita, ¿por qué un cuarto de los que desean una continuidad con cambio también elige a Macri, aunque la mayoría elige para eso a Scioli o a Massa? Y otro dato: ¿por qué será que sólo seis de cada diez confían en Scioli para profundizar el modelo?
Algo está claro, después de analizar con detenimiento las cifras de esta encuesta, el elector está un poco confundido aún, y lo que parece peor, de cara al futuro, los candidatos también.
El 25 de octubre el electorado deberá elegir en quien confía para ejercer la etapa que espera para el país.
Si se basa la campaña en proponer “blanco”, por poner un ejemplo, todavía no todos los que quieren “blanco” confían en él para eso. Y ahí el problema lo tienen los asesores y candidatos que no terminan de decir lo que quieren hacer en caso de llegar a la presidencia. Empezar a dar certezas de que propone concretamente cada uno, sin dar rodeos e ir a los temas que de verdad preocupan a la gente, quizá aclaren el panorama. Y eso se pueda traducir en votos de gente convencida, que es lo que hace que se gane una elección.