05 Agosto de 2024 15:44
Susana Beatriz Montoya, viuda del subcomisario desaparecido en 1979 Ricardo Fermín Albareda fue hallada por su hijo Fernando Albareda en el patio de su casa con fuertes golpes en la cabeza y un corte de arma blanca en el cuello. Fue el mismo Albareda quien rompió el silencio tras el brutal asesinato.
Albareda ya había denunciado que recibía amenazas de muerte por su militancia en H.I.J.OS. en la provincia de Córdoba desde que asumió el gobierno de Javier Milei y, durante el sábado, en la casa de su madre que yacía sin vida, encontró otra amenaza: "Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos. #Policía".
Ante esta situación y lejos de amedrentarse, Albareda escribió un comunicado que circuló en redes sociales en donde cuenta cómo está viviendo las peores horas: "Se imaginarán que, lejos de poder pegar un ojo, solo duermo de a ratos", empezó y contó: "Ayer (domingo) fue un día muy difícil, porque después de estar en la Jefatura de Policía declarando desde las 9 hasta las 18 con un solo intervalo de 15 minutos, fui a la morgue a pedir el informe de la autopsia y me ofrecieron la posibilidad de ver a mi mamá. Pedí que me describieran como estaba y preferí no entrar", contó.
Además, el hijo de Susana agradeció el apoyo de militantes y compañeros que le enviaron afecto; en esa línea, puntualizó: "Me río de los nervios, lloré mucho, me abrazo con todo lo que se me cruza y voy buscando la manera de ponerle palabras al espanto. Esta vez, cruzaron un límite que yo no imaginaba", confesó.
"Me destruyeron la esperanza de poder seguir en esa construcción y lazo familiar que tan bien me estaba haciendo, no solo a mi, sino a Sol y Fermín, que sabían que existía la Susana, después la abuela Susana, para finalmente reencontrar afecto y momentos compartidos con 'la chueca'", dijo amargamente.
También contó la intimidad de la relación entre su madre y sus hijos: "Toda esa imagen costó años de reconstrucción y de tratar de entender cosas que estaban en gris y que después del suicidio de mi hermana, decidí poner fin y hacer un punto y aparte, lo cual resultó porque empezamos con mi mamá una hermosa relación de simbiosis que lo que yo hacía por ella, me volvía y lo ella hacía por mi también le volvía. Tomamos mates, jugamos cartas, buraco, comíamos juntos, etc. Era todo ganar... hasta el viernes".
Albareda contó que siente miedo por él, por su familia, por su hermano y por cada uno de sus seres queridos, entre ellos sus hijos: "Realmente, elegí fingir fortaleza, que se que me va a romper en mil pedazos cuando esto vaya pasando y sólo estoy pensando en Nicolás, Sol y Fermín y obviamente María Paz".
El militante por los Derechos Humanos en Córdoba también dijo: "No soy nada sin ellos, no soy nada sin ustedes, no sirvo solo, es un estado que muchas veces uno usa para disfrutar, bueno, esta soledad así, es una mierda, sin ellos y ustedes no podría dar un paso más. Estoy paralizado, estoy roto, estoy triste, angustiado y desesperado. Solo digo lo que siento y puedo expresarlo así. A mi mamá le reventaron la cabeza a ladrillazos, la apuñalaron en el cuello y no se que más", expresó en el comunicado.
Pidió que de ninguna manera lo dejen solo, juró no para hasta tener justicia aunque hay muchas personas de su familia que le dicen que "termine", que se vaya. Sin embargo, Fernando Albareda anunció: "Esto terminará cuando yo lo decida y por ahora no está en mis planes. Voy a ir a la Mesa de Trabajo por los DDHH a contar lo sucedido, iré a la Comisión Provincial por la Memoria. Quiero una audiencia con el Gobernador, jefe de Policía, ministro de Seguridad y ministro de Justicia. Como dije, cruzaron el límite".