“Disculpen el desorden”, se excusaban empleadas del ministerio de Economía en la antesala del despacho de Axel Kicillof cuando BigBang entrevistó allí en exclusiva al ministro, hace unas semanas. “Estamos preparando la mudanza”, explicaron.
Cajas apiladas que servirán para guardar documentación sensible.
Hoy, la situación es similar. Las manos no dan a abasto para tirar papeles en las dos trituradoras a la vista. Cajones, papeles y carpetas, todo apilado
, desordenado y desbordado, completan la escena
. La razón es simple: en muchos ministerios de la administración nacional, no sólo comenzó la mudanza, también arrancó un proceso de “destrucción de documentación” que, aparentemente, no le servirá a la nueva gestión.
Esta tarde, en la vereda de Hipólito Yrigoyen 250 se observan bolsas con papeles picados.
“Sí, existen movimientos en el ministerio”, confiaron a BigBang quienes suelen recorrer el Palacio de Hacienda, ubicado en la calle Hipólito Yrigoyen 250. Algunos secretarios también tienen la orden de comenzar a vaciar sus despachos para antes del 10 de diciembre, que asumen las nuevas autoridades.
Más allá de quién gane el ballottage el próximo 22 de noviembre, Axel Kicillof sabe que no seguirá en el ministerio ni con Daniel Scioli ni con Mauricio Macri. El ministro, sin embargo, tienen su futuro inmediato asegurado: asumirá el 10 de diciembre como diputado nacional.
Pero lo sorpresivo de las imágenes que ilustran esta nota es que en los últimos días, algunos de los testigos que pasaban por la puerta del ministerio pudieron ver decenas de bolsas con restos de papeles destruidos. Un indicio de que buscan desprenderse de “información crítica” que la gestión que se va no quiere compartir con la que viene o de un intento por eliminar algún tipo de material que podría comprometer a algún funcionario, una práctica muy común en la administración pública.
De Olivos a El Calafate
“Dra (doctora)”.
“Florencia (Kirchner).
Microondas. 60”.
“Frágil”.
Las cajas y cajas con etiquetas, nombres y objetos describían en julio pasado el clima de “fin de ciclo” cuando la revista Noticias publicó las imágenes de la inminente mudanza de Cristina Kirchner , desde la residencia presidencial de Olivos hacia su “lugar en el mundo”: El Calafate. Hay un dato que es irreversible: el próximo 9 de diciembre a última hora la Presidenta abandonará finalmente Olivos para que al otro día se mude el nuevo Presidente. La mudanza ya está casi terminada.
Las imágenes de
Noticias habían revelado la mudanza en marcha en la quinta de Olivos.
En las últimas semanas las distintas reparticiones de la administración pública comenzaron también a mudarse. Incluso en la Casa Rosada hay algunos despachos que están con material inventariado y embalado. Los que mejor interpretan el clima que se vive allí dentro saben que hubo una profunda bisagra en el aire que se respira en los distintos despachos, desde la Secretaría Legal de la planta baja hasta la Jefatura de Gabinete del primer piso.
Esa bisagra fue el discurso de Cristina Kirchner después de las elecciones donde radicalizó su defensa del modelo y no nombró a Scioli, su candidato. Ahora predomina una sensación de “luto” y según confían los más atentos, un clima de "ya nos vamos".
Así y todo en el ministerio de economía, por ejemplo, niegan que la mudanza haya afectado el devenir de las decisiones de Axel Kicillof: “Estamos trabajando normalmente”, responden ante la consulta. Las imágenes de BigBang, sin embargo, no dejan dudas. El titular de Economía ya prepara su mudanza desde la calle Hipólito Yrigoyen 250 hacia Entre Ríos y Rivadavia, donde funciona el Congreso.