12 Octubre de 2016 11:38
Con perfil bajo pero con decisión, Florencio Randazzo volvió a la cancha. El ex ministro de Interior y Transporte de Cristina Kirchner retomó su agenda política con más fuerza que nunca.
El encuentro de la semana pasada con los intendentes del Grupo Esmeralda en el restaurante Oviedo marcó un punto de inflexión.
Randazzo pidió cautela, dijo que hay que pensar bien cómo sería lanzar una candidatura a senador en la provincia de Buenos Aires en 2017 que sirva como trampolín hacia 2019. "Muchachos, yo puedo jugar pero hay que ver con quienes y para qué", le dijo a los jefes comunales del peronismo moderado. Pero lo más importante que hizo fue mostrarse distinto por primera vez. Lo escuchaban su colaborador y ex ministro bonaerense Eduardo Di Rocco y los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham), Juan Pablo de Jesús (Partido La Costa) y Eduardo Bucca (Bolívar).
En 2015, Cristina lo bajó a último momento. 2017 puede ser su revancha.
Pidieron una tortilla española de entrada y después siguieron con langostinos, rissotto y fideos. Acompañaron la comida con un vino Catena Zapata que eligió Randazzo. La cuenta la pagó Katopodis.
Los intendentes no tienen dudas. Randazzo hizo el luto, está entusiasmado y ya decidió que va a ser candidato. Después de varios encuentros que no trascendieron, el precandidato a presidente que Cristina Kirchner no quiso tener dejó de mirar con el espejo retrovisor. Dejó de lado sus críticas a Daniel Scioli, puso en un segundo plano su rencor con la ex presidenta y hasta se olvidó por un momento del enfrentamiento histórico y vigente que mantiene con Sergio Massa.
Todos
Randazzo pidió convocar a todos los sectores del peronismo con el objetivo de reconstruir un espacio popular y progresista. A los distintas facciones de los intendentes bonaerenses -incluidos "Los Sin Tierra" que compitieron y perdieron-, a los gobernadores del PJ, al sindicalismo de la CGT unificada y a los movimiento sociales. El ex ministro se reunió en julio pasado con los dirigentes del Movimiento Evita y cree que son parte fundamental del proyecto que falta.
Randazzo dice que hay que sumar a sindicalistas y movimientos sociales.
Hasta con los sindicatos -con los que tantas veces se enfrentó desde el ministerio de Transporte- quiere tender lazos. Enfrentado con Omar Maturano y Rubén "el Pollo" Sobrero, Randazzo exhibe ahora el buen vinculo histórico que mantuvo siempre con dos hombres claves: Hugo Moyano y el secretario general de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, hoy uno de los miembros del triunvirato de la CGT.
"Nunca los va a querer ni a Massa ni a Scioli ni a Cristina ni a los pibes de La Cámpora", le dijo a BigBang uno de los intendentes que se reunió con Randazzo.
Aunque a su lado dicen que Florencio retomó la actividad con reuniones con empresarios y dirigentes en febrero pasado, el ex ministro ahora alquiló oficinas en el Palacio Raggio, a metros de la Casa Rosada, y aceleró los encuentros. Pretende armar equipos técnicos, rodearse de colaboradores que tengan experiencia de gestión y recibir a peronistas de todos los colores dos veces por semana. Quiere adoptar el método que hizo famoso a Néstor Kirchner y que Cristina archivó: escuchar a todos, de distintos sectores y de distinto nivel. No solo gobernadores e intendentes.
Randazzo está dispuesto a ir a las PASO contra Scioli y contra Massa.
El ex ministro le dice a sus colaboradores que transmitan un mensaje de cautela: sólo va a ser candidato si puede expresar a un sector importante del peronismo, el que entiende que el kirchnerismo es parte del pasado pero quiere plantear una oposición clara al gobierno de Mauricio Macri.
Aunque el gobierno nacional necesita que el peronismo vaya dividido a las legislativas de 2017, al lado de Randazzo niegan que el proyecto del ex ministro sea funcional a la Casa Rosada porque el objetivo es ir a una PASO. Y desmienten, además, cualquier contacto con funcionarios del macrismo, como dejan trascender desde Balcarce 50.
Randazzo tiene un adversario dentro del peronismo al que conoce bien: Sergio Massa. El ex ministro de Transporte no tiene duda de que el líder del Frente Renovador despliega su influencia en Comodoro Py en busca de complicar su situación judicial.
No sólo eso: dice que ya le mandó a avisar al ex jefe de Gabinete de Cristina que se enteró de sus movimientos. El candidato que no fue recibió una mala noticia la semana pasada. El juez Claudio Bonadio procesó a veinticinco funcionarios de su ministerio por desviar fondos por 50 millones de pesos en favor de familiares y amigos suyos. Randazzo hizo la denuncia pero según publicó el diario Perfil la responsabilidad era suya y de Esteban Sáenz Rico, que aunque él lo desmienta, según versiones periodísticas, sería su mano derecha.
Randazzo dice estar tranquilo con su actuación como funcionario. Pero está convencido que detrás de las complicaciones judiciales que pueda tener está la mano de Massa.