Tiene que estar detenido por una condena de 1.084 años de prisión pero se lo pudo ver en las calles de las afueras de Madrid. Se trata del ex capitán y represor Adolfo Scilingo, uno de los responsables de los conocidos como "vuelos de la muerte" durante la última dictadura militar. Las imágenes fueron capturadas por miembros del medio español Vozpópuli que remarcó que no dieron a conocer el nombre del pueblo para no generar intranquilidad entre los habitantes.
Scilingo fue condenado en 2005 en España por delitos de lesa humanidad después que lo encontraron culpable de tirar desde un avión a 30 personas a lo que se sumó la detención ilegal y la tortura. Por cada víctima le dieron 21 años de pena, a lo que se les sumaron dos de cinco años cada una por tortura. No obstante ello, la Justicia sostuvo que de esos 1.084 años sólo 30 eran con prisión efectiva y que a sus 70 años ya podía disponer de la libertad domiciliaria.
Las fotos de la salida del ex represor en un pueblo en las afueras de Madrid.
Scilingo fue condenado en 2005 por "treinta muertes, una detención ilegal y tortura, a 30 penas de 21 años de prisión y dos penas de cinco años", según dictaminó un tribunal español. Scilingo tenía 58 años y ya llevaba cuatro años en prisión preventiva. A pesar de que la sentencia daba como resultado una pena de 1084 años de prisión, el Código Penal de España estableció que la pena fuese de 30 años de manera efectiva y que a sus 70 se pudiese disponer de salidas transitorias.
Desde 2007 cuando su condena quedó firme, Scilingo ya suma 26 salidas transitorias según explicó en dialogo con el canal de noticias TN uno de los periodistas que trabajó en encontrarlo, Alejandro Requeijo, que además agregó que al estar clasificado en segundo grado penitenciario tiene derecho a solicitar un total de 36 días de salidas transitorias al año repartidos en tramos no superiores a los 7 días.
Parte del juicio que afrontó en España el ex represor y por el que fue condenado a 1.084 años de prisión.
La figura del represor tomó relevancia luego de la publicación del libro de Horacio Verbitsky ven donde relató cómo eran. "Todos los miércoles se hacía un vuelo y se designaba en forma rotativa distintos oficiales para hacerse cargo de esos vuelos. Los que el día antes se les elegían para morir, se les llevaba al aeropuerto dormidos o semidormidos mediante una leve dosis de un somnífero haciéndoles creer que iban a ser llevados a una prisión del Sur. Una vez en vuelo, se les daba una segunda dosis muy poderosa, quedaban totalmente dormidos, se les desvestía y, cuando el comandante daba la orden, se los arrojaba al mar uno por uno", sostuvo. La inyección era de pentotal sódico, un hipnótico de efecto ultra corto. Luego de su publicación Scilingo negó que haya hablado con el periodista sobre el tema.