10 Abril de 2016 12:03
Luego de que Norberto Oyarbide anunciara su renuncia al Tribunal Oral N° 5, desde el Gobierno insisten en aceptar la salida del polémico magistrado. El juez federal era investigado por el Consejo de la Magistratura, que quería llevarlo a un juicio político por mal desempeño del funcionario público. Ahora, el ministro de Justicia, Germán Garavano, respaldó la decisión de aceptarle la renuncia.
Si bien confió en que es adecuada la decisión de aceptar la renuncia del polémico magistrado, el ministro aseguró que “lo importante es que la justicia deje de tenerlo en sus filas”. En este sentido, el funcionario se refirió al pedido de juicio político contra el juez: “Uno sabe cómo empieza, pero nunca cómo termina. Siempre existe un riesgo, una cuestión incierta de que esto se pueda convertir en otra cosa”.
Oyarbide informó su renuncia la semana pasada. En diciembre decía que se jubilaba.
Por radio Del Plata, Garavano aseguró que la renuncia y la restitución “acarrean prácticamente los mismos efectos”, y que “la diferencia puede ser el eventual escarnio público, o el ataque”. En diciembre pasado, Oyarbide les había anunciado a sus empleados que ya había comenzado los trámites de la jubilación. Y la semana pasada, les comunicó de la renuncia.
Por eso, Garavano hizo una comparación deportiva. “A todos nos gusta ganar 5 a 0 un partido de fútbol, pero si se gana 1 a 0, los tres puntos valen lo mismo, y en este caso es así”, afirmó. Para el gobierno, la salida de Oyarbide es una victoria. Incluso, el funcionario macrista recordó que la renuncia le quita fueros al juez, y permite que “pueda ser investigado, lo único que puede dar satisfacción a lo que la gente reclama a este juez”.
Se trata de uno de los jueces más polémicos de la Argentina. Acusado de tener nexos con el poder político en épocas de kirchnerismo en la Casa Rosada, Oyarbide fue muy cuestionado por suspender en 2013 un allanamiento a una financiera luego de haber recibido un llamado de Carlos Liuzzi, por entonces el segundo de Carlos Zannini en la Secretaría de Legal y Técnica de la Nación.
“Muchos jueces que siempre fueron funcionales al poder de turno, lo primero que quisieron es negociar su impunidad a cambio de la impunidad del gobierno y que se mantengan en el cargo”, sostuvo. “Que el gobierno acepte su renuncia y se saque a Oyarbide de su función, asegura romper ese círculo”, analizó Garavano.