La jueza federal María Eugenia Capuchetti, encargada de la causa que investiga el intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, junto al fiscal Carlos Rívolo, comenzaron a tomar declaraciones a los testigos presenciales que estuvieron ayer en Recoleta.
Muchos militantes kirchneristas estuvieron declarando en los Tribunales de Comodoro Py, donde la magistrada intenta determinar si hubo más involucrados en el evento que sucedió ayer cerca de las 21, además del ya detenido Fernando Andrés Sabag Montiel.
La jueza ya había estado en forma breve esta mañana en el lugar de los hechos, para hablar con los efectivos policiales presentes y continuar con la investigación, rumbo a Retiro.
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Más tarde se espera que le tomen declaración a los custodios de CFK, quienes quedaron en el medio del fuego mediático y de las redes sociales, por no lograr impedir el atentado e intento de homicidio.
"Le gatilló dos veces"
Javier, uno de los militantes oficialistas que estaba en el cordón de seguridad ayer durante el atentado, declaró sobre lo que vio y vivió en aquel momento."Vi por arriba de mi hombro que se asomaba un brazo con un arma", relató. "No se escucha nada, pero gatilla y para mi gatilló dos veces. No sé si ella se dio cuenta, yo traté de agarrarlo a él y otra gente que estaba atrás también. Cuando lo tanteamos se le cayó al arma", continuó.
"Parte de los organizadores se lo llevan y uno de ellos, apenas ve que cae el arma la pisa y la tiene a resguardo, mientras que los otros muchachos se lo llevan y se lo entregan a la Policía", contó.
Este es el detrás de cámara que no se había podido construir a partir de las imágenes que estuvieron dando vueltas por la televisión y las redes sociales.
Dos allanamientos y cien balas
Durante la madrugada de ayer, efectivos de la Policía Federal allanaron el domicilio del detenido Sabag Montiel en el barrio porteño de Villa del Parque. La información dejó en claro que en ese hogar ya no vivía él.
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Los primeros testimonios hablaron de que los agentes no se llevaron nada más que material grabado y escrito de la casa, y que los vecinos declararon preocupados de que se los vinculara al agresor.
Más tarde, a partir de un dato de un vecino que lo conoce y aportó información en la Comisaría Bonaerense 8°, encontraron su verdadero hogar y fueron hasta allí para llevar adelante otro operativo.
En el monoambiente que alquilaba el agresor sobre la calle Uriburu al 700, los efectivos encontraron 100 balas, guardadas en dos cajas de 50 proyectiles calibre 9mm.