La temperatura no se discute, se mide. Si bien la sensación de calor o frío es opinable, en el caso de la Casa Rosada, los funcionarios de más alto rango lo reconocen descaradamente: “Acá nos cagamos de calor”, refleja, sin vueltas, el asesor de un Ministro.
La nota que abrió la (estéril) polémica sobre la temperatura oficial.
Existe un problema concreto que preocupa a la mano derecha de Mauricio Macri: el sistema de calefacción de la Rosada es vetusto, obsoleto, poco regulable y pésimo en términos de eficiencia energética. Sólo se prende o apaga. Encendido, se mueren de calor, apagado, de frío.
Primer piso de la Casa Rosada. El termómetro no miente.
El problema es tal que los técnicos de la Secretaría General de la Presidencia están avanzando con los pliegos de una millonaria licitación para cambiar todo el sistema de calefacción de La Casa Rosa. Hasta quieren hasta poner paneles solares en el techo para calentar agua y armar una terraza verde, es decir, poner pastito en el techo de la Rosada. Además, hace años que no funciona el gas: los mozos deben calentar hasta los cafés con electricidad.
En el pasillo más importante de la Casa Rosada, en el primer piso, cerca del despacho de Macri.
El termómetro de BigBang
Pero más allá de lo que confiesan los propios funcionarios que trabajan ahí adentro, el viernes pasado BigBang hizo un relevamiento en varios despachos con un termómetro digital. En la mayoría la temperatura promedió los 25, salvo por ejemplo, en el pasillo principal del primer piso, que comunica las oficinas de Macri con Peña y De Andreis. Allí hacía 20 grados. Lo mismo en el inmenso y con salida a la calle paseo de los bustos de Presidentes, en la planta baja.
BigBang no entró al despacho presidencial para medir la temperatura. Resulta estéril debatir si allí hace frío o calor. Es el Presidente, lo lógico es que no pase frío. Pero la realidad es que en los demás despachos se trabaja con la temperatura elevada. No es un delito y hasta es entendible: pero los funcionarios que piden que nos vayamos a dormir con pullover para ahorrar la luz -por la “obsesión” que tiene ahora Macri con el ahorro de energía- trabajan con la camisa arremangada. Mal ejemplo.
La entrevista de Macri con Lanata.
Ayer, Jorge Lanata y Joaquín Morales Solá en dos entrevistas que le hicieron a Mauricio Macri y publicaron en Clarín y La Nación destacaron “el frío” que hace en su despacho. Algunas cosas para aclarar: Lanata no fue a la Casa Rosada, estuvo con él en la residencia de Olivos. Morales Solá sí estuvo en la Rosada, pero sólo en el despacho del Presidente.
El periodista destacó el frío que hace en Olivos, no en la Casa Rosada.
Que Macri pase frío en su despacho parece una cuestión de Estado. Una ridícula cuestión de Estado. “Mauricio trabaja con bufanda en su despecho”, defiende uno de sus secretarios, para convencer de que el Presidente efectivamente apaga el aire acondicionado de su oficina del primer piso de la Casa Rosada. “Yo nunca lo vi en bufanda”, desmiente otro funcionario, que se encarga de cuidar, pero con menos fanatismo, el nuevo relato oficial.
Morales Solá entrevistó a Macri. "La calefacción a su nivel mínimo", describió.
Pareciera que hay una nueva grieta que gira en torno al calor presidencial. La temperatura no se discute, se mide. Eso es lo que hizo BigBang la semana pasada.