17 Marzo de 2025 16:27

El pasado 12 de marzo de 2025 quedará registrado como una jornada marcada por la violencia y la represión en las inmediaciones del Congreso de la Nación. La protesta, que inicialmente se organizó en defensa de los derechos de los jubilados, terminó con un saldo lamentable: 43 personas heridas, entre ellas el fotógrafo Pablo Grillo, quien aún lucha por su vida en el Hospital Ramos Mejía. En este contexto, las declaraciones del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, encienden las alertas por las amenazas de represión para la nueva marcha del miércoles 19 de marzo.
Francos defendió sin titubeos el accionar de las fuerzas de seguridad. Según sus propias palabras, "si es una marcha a la que se agregan agentes violentos que lo que pretenden es desestabilizar al Gobierno, serán reprimidos por las fuerzas del orden". El funcionario no dudó en vincular los hechos recientes con la crisis política del 2001, asegurando que "lo que pasó (en ese momento) no fue por el fin de la convertibilidad, que se produjo después, sino por la generación de un caos que lo obligó -al entonces mandatario radical Fernando de la Rúa- a renunciar".
La frase más resonante de Francos -y probablemente la más desafortunada- fue su afirmación de que "usted no puede enfrentar a los violentos, como fueron en este caso los que participaron en la marcha, tratarlos como si fueran carmelitas descalzas". Con este comentario, el jefe de Gabinete no solo minimizó las denuncias de abuso policial, sino que también pareció deslegitimar el reclamo social detrás de la movilización.
La oposición ha señalado con dureza el uso "desproporcionado" de la fuerza durante los enfrentamientos. Sin embargo, Francos insistió en que no hubo excesos y que todo se encuentra "absolutamente establecido y reglamentado". En relación al caso de Grillo, quien recibió un impacto de una bomba de gas mientras realizaba su labor periodística, el funcionario lo calificó como "un accidente, la consecuencia de algo que no fue impulsado".
El jefe de Gabinete dejó claro que no habrá cambios en la política represiva: "Eso no va a impedir que en el futuro se sigan utilizando las fuerzas en la represión de hechos violentos", aseguró contundente. En la misma línea, reiteró que "si hay una situación de violencia para apoyar una marcha que ha sido siempre pacífica, por supuesto se utilizará la represión de acuerdo a los cánones, legalmente". Las palabras "cánones" y "legalmente" parecen ser el mantra con el que se busca blindar cualquier acción controvertida por parte del Gobierno.
La gestión de Francos ha adoptado un discurso que mezcla justificación con negación. Ante la pregunta sobre si existía algo para revisar en el uso de la fuerza durante los incidentes, el funcionario respondió con un ambiguo "bueno". Acto seguido, intentó desviar la atención al señalar que "Pablo Grillo estaba sacando fotos en el lugar que era utilizado por la policía". ¿La insinuación parece culpar al propio fotógrafo por estar en el sitio equivocado en el momento equivocado?
El saldo humano y simbólico del 12 de marzo no puede ser ignorado. Las imágenes de manifestantes heridos y periodistas agredidos contrastan con las declaraciones oficiales que intentan minimizar los hechos. La gestión de Guillermo Francos que respalda de manera irrestricta al gobierno de La Libertad Avanza deja claro que en la nueva manifestación para proteger los derechos adquiridos de los y las jubiladas será violentada por las Fuerzas Armadas de Patricia Bullrich, nuevamente.