En el centro de la tormenta política, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, salió a marcar posición sobre los recientes episodios de violencia durante la manifestación del miércoles y el inminente paro de la CGT. En declaraciones que no pasaron desapercibidas, el funcionario cuestionó la postura de la vicepresidenta Victoria Villarruel y arremetió contra la central obrera, a la que acusó de querer generar inestabilidad en el país. Villarruel, quien en varias oportunidades ha manifestado una línea más flexible con respecto al derecho a la protesta, sostuvo que la manifestación es un "ejercicio de la democracia".
Sin embargo, Francos salió al cruce y la contradijo: "Una cosa es la democracia y otra cosa es cuando se abusa de estos derechos particulares". Para él, el derecho a la protesta no puede confundirse con un libre albedrío sin regulación: "Es un error de interpretación. La democracia se ejerce cuando se vota, después lo demás es el uso de las libertades y los derechos que garantiza la Constitución Nacional, y para eso el poder público tiene las distintas fuerzas que hacen cumplir los derechos".
Las declaraciones de Francos llegaron en un momento en que la violencia en las calles adquirió un protagonismo inesperado. Durante la protesta del miércoles, el fotógrafo Pablo Grillo resultó gravemente herido tras recibir el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno en la cabeza disparada por un agente de la policía Federal, mientras que una jubilada sufrió lesiones tras un fuerte empujón de otro efectivo. Los disturbios dejaron además importantes destrozos económicos en la vía pública.
Mientras las tensiones siguen en aumento, la Confederación General del Trabajo (CGT) anunció un paro general de 24 horas antes del 10 de abril. Una medida que, según Francos, carece de justificación. "No está muy claro el motivo, porque hasta hace poco tiempo la CGT había buscado acercarse al Gobierno para buscar caminos de entendimientos", aseguró el jefe de ministros. Para el funcionario, la huelga tiene un carácter más político que gremial.
Además, para él forma parte de una estrategia para erosionar la gobernabilidad. "Siempre han usado estos mecanismos", afirmó, vinculando la protesta con los episodios de violencia en las calles y sugiriendo que existe una organización detrás de los desmanes. En la misma línea se manifestó Mauricio Macri, quien desde su cuenta en la red social X comparó la situación actual con los disturbios de 2017 durante su gobierno. "Lo hicieron en ese entonces con palos, piedras y bombas molotov, y desde adentro del Congreso en una acción profesional coordinada con el exterior", publicó, y no dudó en calificarlo como "un auténtico golpe de Estado".
Francos coincidió con el ex presidente y sostuvo que la oposición, en particular el kirchnerismo, está actuando con intenciones "destituyentes". "La intención de la oposición política, de Unión por la Patria, es tratar de voltear de alguna manera un Gobierno que tiene un apoyo popular muy fuerte", remarcó. En este sentido, el jefe de Gabinete no descartó que el accionar sindical también responda a un temor de cara a las próximas elecciones legislativas. El caos no solo se hizo presente en las calles, sino también dentro del recinto legislativo. Mientras afuera se desataba una batalla campal, adentro la tensión se desbordaba con gritos, insultos y hasta agresiones físicas.
Uno de los episodios más comentados fue el cruce entre las libertarias Marcela Pagano y Rocío Bonacci contra Lilia Lemoine, que culminó con un vaso de agua arrojado en plena sesión. A esto se sumó la decisión de Martín Menem de dar por finalizada la sesión en medio del descontrol, lo que generó duros cuestionamientos por parte de la oposición. Francos calificó estos episodios como "lamentables" y subrayó que "liberar las pasiones de esta manera no es razonable, es una falta de respeto a la sociedad". Sin embargo, también los vinculó con el clima de confrontación que, según su mirada, busca instalar la oposición para desgastar la imagen del Gobierno.
En paralelo a este escenario de conflictividad política, el presidente Javier Milei generó polémica por su tardío viaje a Bahía Blanca tras el devastador temporal que azotó la ciudad. Para Francos, la ausencia inicial del mandatario tuvo una explicación lógica: "El Presidente no quiso viajar directamente porque sostiene que en este tipo de eventos es mejor dejar que trabajen las primeras instancias con la reconstrucción". No obstante, sus explicaciones no evitaron que la ex presidenta Cristina Kirchner lo criticara duramente en redes sociales. "¡Madre de Dios! ¡Qué desconexión emocional tenés con los que sufren!", exclamó la ex mandataria.
El jefe de Gabinete defendió la respuesta del Ejecutivo y subrayó que el Gobierno nacional "intervino con todas las fuerzas disponibles". Sin embargo, también enfatizó la responsabilidad de la Provincia y el municipio en la asistencia a los damnificados. "El Presidente quiere ayudar, pero sin introducirse en un tema que es de responsabilidad del municipio", aclaró, en referencia al fondo solidario anunciado para la reconstrucción de la ciudad.