Una protesta en plena General Paz con motivo del asesinato del chofer de colectivo asesinado esta madrugada en La Matanza culminó con un violento ataque por parte de los choferes contra el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. "¿Cómo no van a reaccionar así? Les mataron a un compañero", declaró el funcionario, quien permaneció más de media hora acorralado en una de las bajadas con dirección a provincia de la autopista.
Minutos después de que el ministro arribara en General Paz y Ruta 5, los compañeros del chofer asesinado lo recibieron con botellazos, golpes de puño y patadas, quedando así totalmente arrinconado contra un paredón sin salida, donde sólo recibió más violencia por parte de todos aquellos que se encontraban en el lugar.
El reclamo de los choferes fue muy claro a la hora de expresarse: no querían mantener una conversación con Berni, simplemente le pidieron la renuncia a modo de hartazgo por la inseguridad que viven día a día mientras realizan su labor.
Pero, mientras el funcionario de la provincia de Buenos Aires intentaba mantener la calma, pidiendo que por favor se calmaran y que se sentaran a hablar, las cosas empeoraban.
“Estoy acá porque se lo que están pasando todos los días, porque sé lo que pasa. Estoy acá, me banco lo que sea. Si no hablamos no podemos solucionar nada. Yo no salgo corriendo, yo vengo acá y pongo la cara. No salgo corriendo como todos los demás. Las cosas se arreglan así, viniendo al lugar. Poniendo la cara. Así es imposible hablar. Vamos a juntarnos bien”, afirmaba.
Ya arrinconado contra un paredón de la General Paz, casi sin salida, y refugiado por algunos pocos policías, la violencia por parte de los trabajadores aumentaba cada vez más. Piedras, tierra y comida le caían sobre su cabeza que ya se encontraba lastimada debido a la golpiza recibida anteriormente.
Mientras se esperaban las 6 ambulancias del SAME para atender al ministro y a la infantería para poder sacarlo del lugar, Berni seguía insistiendo con la calma y con mantener una conversación para solucionar los problemas de inseguridad, pero del otro lado sólo recibía agresiones, gritos e insultos.
“Hace cinco años nos prometiste medidas de seguridad que jamás llegaron”, fue una de las protestas que más se escuchó.
La situación se descontrolaba cada vez más. La policía arribó al lugar para protegerlo, pero Berni hasta el último momento decidió resistirse para quedarse en el lugar, más allá de la violencia recibida y de ya estar absolutamente deteriorado con sangre en la cara, piedras cayendo alrededor de su cabeza y muchísimas personas a su alrededor desequilibrándolo para que no se fuera del lugar.
Finalmente, la policía federal comenzó a arrojar gas pimienta para poder liberar al ministro de seguridad de la zona y, rodeado por más de 10 policías de la ciudad y con un casco de bicicleta puesto para que no le cayera más nada sobre su cabeza, lograron sacar a Berni en un auto blindado.
El caos no finalizó, porque la furia por parte de todos aquellos que se encontraban allá, siguió. Los colectiveros contra la policía. El pedido de justicia constante y el canto de “Que se vayan todos” y pidiendo la renuncia de Berni, estaban más presentes que nunca.
Uno de los compañeros del chófer asesinado habló con los periodistas luego de la protesta y aseguró que lo único que sienten todos los días a la hora de levantarse a trabajar es “miedo de morir como una rata”.
“Todos los días padecemos esto. La inseguridad, el maltrato y no solo por los delincuentes, sino por la gente que se queja del servicio. Solo estamos pidiendo una solución emergente a la matanza, Fernando Espinoza, intendente, se hace el desentendido. Todos se hacen los desentendidos. Esto es lo que sufrimos todos los días y peor. Hoy el hecho lamentable es un compañero fallecido en manos de un delincuente. El deseo era hablar con él, pero él no quiso. Ya nos prometió la vez pasada, que iba a traer seguridad y duró una semana nada más”, concluyó.
Minutos más tarde, en vivo por Radio 10, Jorge D'onofrio, Ministro de transporte de la Provincia de Buenos Aires, comunicó: “Se desbordó la situación, la gente estaba muy mal por la muerte del compañero, pero no vamos a aflojar y vamos a intentar arreglar todo esto. La idea era ir a dialogar, pero fue una situación que se fue de las manos. Estábamos charlando, yo llegué un rato antes que Sergio, lo fui a buscar para poder tener una reunión en conjunto pero se fue de las manos el tema”.
“Justo yo estaba con el y la gran mayoría de los delegados que estaban ahí empezaron a entender que era barbaridad, que era una locura imposible hablar. La verdad es que Sergio solo quería ponerse a disposición y decirles que ya estaba detenido uno de los sospechosos y que la investigación ya está encaminada. En esto yo no quiero dar responsabilidades, esto fue en a la altura del km 41, hubo un control en el km 45 otro en el 46, un policía arriba de la unidad y así y todo, un tarado le pegó un tiro en el pecho al chófer”, aseguró.
Por último, expresó: “Lo cierto es que hoy hay un trabajador muerto y esto obviamente no nos hace bien a ninguno. El gobernador me pidió que nos pusiéramos a disposición, mi intención era no solo venir a ver en que podemos mejorar y que podemos hacer, sino también darle un abrazo a los amigos del trabajador muerto y la familia pero no pudimos”.
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