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"Hay que trabajar con bisturí": los planes de Alberto Fernández para reestructurar e intervenir la agencia de espías

En el proyecto para reformar la AFI trabaja Gustavo Béliz. Creen que las escuchas deben regresar a la Procuración, que el interventor debe ser un "cuadro técnico" y hablan de una "profunda reformulación".

por Agusti­n Gulman

16 Diciembre de 2019 12:29
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De no mediar ningún imprevisto, en los próximos días el presidente Alberto Fernández podría concretar la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y designar a quien estará al frente del organismo mientras se encara la reforma integral que adelantó el martes pasado en su discurso de asunción, y que incluirá el desarmado de los fondos reservados y una reestructuración del organismo que podría derivar en despidos y pases a retiro. ¿Qué pasará con las escuchas?

En la reforma trabaja el flamante secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, un hombre que conoció de cerca el funcionamiento de la por entonces SIDE, y que se alejó del Gobierno de Néstor Kirchner en medio de un fuerte cruce y amenazas del por entonces poderoso Jaime Stiuso. Bajo un gran hermetismo, en la Casa Rosada elaboran el esquema de la intervención que aún no se concretó y que podría tener un interventor formal esta semana.

La preferencia, aseguran a BigBang, es un cuadro técnico con “fuerte compromiso republicano”, aunque aclaran que no es sencillo hallar profesionales del área. “La experiencia de Gustavo Arribas ha sido un desastre, se necesita alguien con conocimiento de la política estratégica de inteligencia”, repiten. La semana pasada fue descartado Alberto Iribarne, hombre de mucha confianza de Alberto Fernández que finalmente será embajador en Uruguay.

La reforma integral que anunció Fernández la semana pasada incluye eliminar los fondos reservados de la AFI y reasignarlos a las partidas del plan para combatir el hambre. En 2019, el presupuesto total de la AFI fue de $2.697 millones, de los cuales más de $900 millones forman parte de los fondos reservados, es decir, que el organismo no informa para qué utiliza. En 2015, la ley de Inteligencia estableció que se eliminaban y en 2016 un decreto del ex presidente Mauricio Macri volvió a habilitar los gastos reservados.

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El plan buscaría una “profunda reformulación” de los servicios de Inteligencia, que deberá pasar por el Congreso. Trabajan en varias ideas, desde la creación de un Consejo que reúna áreas de Inteligencia, Seguridad y Defensa; hasta reducir la estructura y que la Inteligencia Criminal (narcotráfico, secuestros y trata) pase a la órbita del Ministerio de Seguridad que comanda la antropóloga Sabina Frederic. La Inteligencia Exterior podría pasar a manos de Cancillería, y la AFI se quedaría con tareas estratégicas y la contrainteligencia, área que tuvo como director a Stiuso desde el gobierno de Fernando De la Rúa.

“La ley de Inteligencia se va a modificar de manera que los jueces no puedan acudir más a la AFI, sino que recurran a áreas de inteligencia criminal cuando se trate de delitos comunes”, dice a BigBang un hombre al tanto de la reestructuración. El futuro de los espías tampoco es un tema menor: hoy la AFI tiene agentes de planta permanente con unos cuantos años de trayectoria, pero también muchos contratados que son susceptibles a ser despedidos. “Hay que hacerlo con bisturí, ir separando de a poco, muchos pasarán a áreas descentralizadas, como inteligencia criminal”, dice.

EL FUTURO DE LAS ESCUCHAS Y LA AGENCIA DELIVERY

En el Gobierno hay consenso en que las escuchas deben regresar a la órbita de la Procuración, un cargo vacante desde la renuncia de Alejandra Gils Carbó en 2017 y para el que suena el nombre del juez federal Daniel Rafecas, cuyo pliego deberá ser aprobado por el Senado. En 2016, el gobierno le sacó las escuchas a la Procuración (estaban a cargo de la fiscal criminal Cristina Caamaño) y las pasó a la Corte Suprema.

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Ahora, en el Gobierno creen que deben volver a manos de los fiscales, que con la reforma del Código Penal estarán al frente de las investigaciones. En este sentido, un hombre que conoce a fondo el manejo de los servicios de inteligencia cree, además, que es necesario terminar con los “agentes delivery”, que pudieron haber realizado tareas de espionaje no autorizadas y mantuvieron contacto con jueces fiscales.

“Hay que establecer qué necesita ser inteligencia y qué no: cuáles son las amenazas y los problemas, como narcotráfico y terrorismo. Hoy la ciberseguridad es un tema tan problemático como una guerra, porque te pueden destruir una central eléctrica”, agrega ante la consulta de BigBang.

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