El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, anunció que se abrieron las ofertas para convertir en autopista el tramo de la ruta 3 que une las ciudades de Rada Tilly con Caleta Olivia, con un presupuesto de $1964 millones. Se trata de un 33% menos del valor que había cotizado la empresa de Lázaro Báez, Austral Construcciones, al que el Gobierno le quitó la obra.
Por eso, según el ministro, ese 33% extra podría formar parte de los “sobreprecios que hubo en alguna otra obra” encargada por la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), que tenía bajo su cargo importantes partidas presupuestarias. El dato aportado por el funcionario es aún más alarmante, si se tiene en cuenta que, según aseguró, en el caso de las obras de Báez, el sobreprecio es del 50 % en comparación con el nuevo presupuesto.
La licitación abierta ayer es por un 33 por ciento menos que lo que había ganado Báez.
“Es el primer caso que tenemos, pero nos da la impresión de que eran comunes los sobreprecios en las obras viales”, sostuvo Dietrich al diario La Nación. De todos modos, estimó que “la inflación distorsiona mucho la información”, y señaló que existe otra obra en la que “cuesta creer que se hizo todo lo que dicen que se hizo en el plazo de certificación en el que se presentó”.
En el caso del ejemplo que utilizó Dietrich en la ruta 3 fue licitado en 2007 y tenía un presupuesto de $600 millones y la construcción apenas avanzó un 36 %. Sin embargo, el Estado otorgó en total unos $800 millones. Incluso, para finalizar la obra, el gobierno de Cristina Kirchner había previsto un desembolso de $3000 millones. Pero las nuevas autoridades anularon la adjudicación, abrieron la licitación nuevamente y ya recibieron 16 ofertas que permiten reducir a un tercio esas cifras.
El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, no descartó que se descubran más irregularidades.
La licitación que comenzó ayer es la más importante que hizo desde la llegada de Dietrich al ministerio la gestión de la Dirección Nacional de Vialidad. Entre los oferentes que participaron se encuentra la constructora CPC, del empresario Cristóbal López, que hizo una oferta que sería un 26 % más baja que la del resto de los competidores para uno de los tramos.
El dato no es nuevo. Dos meses atrás, el director de la DNV, Javier Iguacel, aseguró que, según las auditorías encargadas por ese organismo, hubo incrementos sospechosos en los valores de ciertas obras. En ese entonces, sostuvo que había obras iniciadas por un monto de $150 millones que luego costaban $3000 millones. Por es, uno de los objetivos que pretende el gobierno es “transparentar la obra pública”.