25 Abril de 2025 09:47

Las declaraciones de Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), desataron una tormenta política en la Argentina. En un tono inusual para su cargo, la funcionaria expresó su respaldo explícito al rumbo económico del presidente Javier Milei y pidió públicamente que "la voluntad de cambio no se descarrile" en los próximos comicios de medio término. La frase fue interpretada por amplios sectores políticos como una intromisión electoral directa y generó una ola de repudios encabezada por el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el Partido Justicialista (PJ).

"La historia se repite: ayer era Braden o Perón. Hoy es el FMI o la Patria", disparó Kicillof en su cuenta oficial de X, y acusó al organismo internacional de pretender "elegir quién debe gobernar la Argentina". En una durísima publicación, el mandatario provincial calificó los dichos de Georgieva como "un escándalo" y aseguró que "el FMI no sólo impuso recetas de ajuste que empobrecieron a millones, ahora pretende también definir el destino democrático del país".
Kicillof no se detuvo ahí. Afirmó que el presidente Javier Milei "tercerizó la política económica en el Fondo" y lo acusó de haber "renunciado a la soberanía". "Con Néstor y Cristina, el FMI era una sigla desconocida para las nuevas generaciones. Tristemente volvió al centro de la escena de la mano de Macri y de Milei, quienes prefieren obedecer a Washington antes que escuchar a su pueblo", sentenció. También recordó que el organismo "aún no pidió disculpas por el préstamo ilegal que le entregó a Macri", y denunció que hoy "sale al rescate de un nuevo experimento de crueldad y sumisión".
En sintonía, el PJ emitió un duro comunicado institucional en el que repudia "la intromisión electoral" de Georgieva. "A los argentinos nos costó demasiado conseguir la libertad de votar como para someter la decisión a un organismo extranjero que nada tiene que decir sobre la voluntad del pueblo argentino", señala el texto difundido por redes sociales. Según el justicialismo, el respaldo del Fondo a la administración Milei no sólo es una violación de la neutralidad institucional del organismo, sino que confirma "la naturaleza política del préstamo que se le otorgó a Mauricio Macri en 2018" y que aún hoy condiciona la economía argentina.
Las palabras de Georgieva, pronunciadas en una conferencia en el marco de la Asamblea de Primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington, generaron estupor: "El país va a elecciones en octubre. Es muy importante que la voluntad de cambio no se descarrile", sostuvo ante la prensa internacional, mientras elogiaba el ajuste fiscal, la baja de la inflación y la reducción de la pobreza que -según dijo- se viene registrando bajo el gobierno libertario. "Esta vez es diferente. Esta vez hay decisión de poner a la economía en el buen camino", insistió. La frase fue vista por dirigentes de la oposición como un respaldo explícito a la campaña oficialista rumbo a octubre, en un contexto de creciente polarización política y social. "Estas declaraciones no sólo son impropias, son peligrosas", alertaron desde el entorno del PJ.
En paralelo, los elogios del Fondo al gobierno de Milei se enmarcaron en una semana intensa de reuniones entre el equipo económico argentino y autoridades del organismo en Washington, entre ellos el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Georgieva destacó la relación "estrecha" con el gobierno argentino y consideró que el país atraviesa una "oportunidad muy importante" por sus recursos naturales y su política de desregulación. Pero puertas adentro, la tormenta no amaina. Para el peronismo, el FMI ha cruzado una línea peligrosa. Para el oficialismo libertario, se trata de un respaldo internacional al "cambio verdadero".

El telón de fondo, sin embargo, es el mismo: la Argentina va rumbo a nuevas elecciones bajo el fuego cruzado de una batalla ideológica que, como en 1945, vuelve a resumirse en una disyuntiva dramática: el Fondo, o la Patria.