"Como objetivos materiales secundarios de esta actividad se establecieron buques y aeronaves que operan desde las Islas Malvinas". Con esta frase, Marcos Peña admitió ayer en su informe anual frente al Congreso que una de las misiones encomendadas al ARA San Juan no tenía que ver con la identificación de actividad de pesca ilegal, sino también con la vigilancia militar.
El ARA San Juan tenía como misión rastrear buques ingleses.
El jefe de Gabinete también presentó un documento en el cual se señala la necesidad de "obtener reconocimiento preciso" y "localización, identificación, registro fotográfico/fílmico" no sólo de aeronaves de la Royal Air Force inglesas y pertenecientes a la gobernación de Malvinas, sino también de varios buques puntuales, entre ellos el BP CFL Hunter, el HMS Clyde y el FPV Protegat.
"Si bien en la documentación incorporada en el expediente judicial estaba claro, es la primera vez que se lo dice públicamente", comentó Luis Tagliapietra, abogado y padre de uno de los tripulantes del submarino desaparecido, en relación a los dichos de Peña.
"No implica espionaje ni actividad ilegal por parte lde los británicos, pero sí llama la atención que la misión implique identificar particularmente a ciertos buques", agregó en charla con BigBang. "Es por eso que en la causa federal citamos al jefe de Inteligencia de la Armada para que de más precisiones en relación de la misión".
"Triste y lamentable"
Tagliapietra además manifestó la intención de que el jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, el comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, contralmirante Luis López Mazzeo, y el comandante de la fuerza de submarinos, capitán de navío Claudio Villamide, aclaren sus contradicciones frente a la Justicia.
Luis Tagliapietra asegura que los altos mandos de la Armada buscan "cuidarse las espaldas".
"En lugar de bregar por la verdad de lo que pasó y de colaborar, lo que hacen es cuidarse cada uno su espalda, es triste y lamentable", expresó profundizando sobre las declaraciones judiciales de Villamide recientemente difundidas, en las cuales señala que no trató la situación del ARA San Juan como una emergencia porque el comandante del submarino, Pedro Fernández, se lo había presentado como un simple "desperfecto".
"El informe del propio comandante en septiembre dice todo lo contrario: alerta sobre un estado de innavegabilidad del submarino", explica Tagliapietra. "Quieren cargar las tintas contra él. Si se hubiera negado a zarpar, lo habrían mandado a un escritorio y no tocaba un buque nunca más en su vida. Y el submarino hubiera zarpado igual con otro capitán".