Los fiscales a cargo de la UFI AMIA identificaron a la víctima 85 del atentado, corroboraron mediante un peritaje la existencia de la camioneta Trafic usada como coche bomba, encontraron restos biológicos en un laboratorio de la Policía Federal que estaban sin inventariar y avanzaron en la investigación del último imputado del ataque contra la mutual judía ocurrido en 1994.
Las novedades en la pesquisa del peor atentado de la historia argentina figuran en el informe anual dado a conocer por los fiscales Sabrina Namer, Leonardo Filippini y Roberto Salum, quienes fueron designados en el organismo tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien estuvo a cargo desde su creación.
“Una de las primeras decisiones de la Unidad fue centrar esfuerzos en la verificación genética de la identidad de Ibrahim Hussein Berro a quien se le atribuye haberse inmolado para provocar el atentado. Fue con este fin que se solicitó la colaboración de cuerpos periciales oficiales y se convocó al Equipo Argentino de Antropología Forense (EEAF) que, a pesar de su probada experiencia en el tema, no había tenido intervención”, sostiene el informe.
Nisman fue el primer titular de la UFI AMIA.
La identificación de Berro como conductor suicida fue llevada adelante por Nisman a partir de informes de inteligencia de servicios extranjeros, pero sin otros elementos. Ahora se pretende identificar si algunos de los restos biológicos que aún no fueron identificados puedan tener correspondencia con la carga genética de Berro.
En esa línea los fiscales ordenaron que “se realice un meticuloso inventario del material orgánico hallado en la Morgue y que se verifiquen sus condiciones de conservación y resguardo. Fue en el marco de esta labor, de hecho, que luego se encontraron pruebas sin inventariar en el Laboratorio Químico de la Policía Federal Argentina (PFA) que fueron después incluidas en el cotejo. Los estudios ordenados buscan agotar las posibilidades de obtener información genética vinculada al perfil de Berro, para lo cual es necesario determinar que todas las muestras en depósito corresponden a alguna de las personas fallecidas”.
Según el informe, “en caso de hallarse patrones genéticos que no se condigan con los fallecidos identificados, se estaría ante la posibilidad de determinar si se trata de víctimas no identificadas hasta el momento o de restos de otras personas, incluyendo a Berro. El esfuerzo para identificarlo se debe al inmenso valor probatorio que ello tendría para la causa. A los datos ya existentes, se agregaría un factor probatorio casi irrefutable, fortaleciendo de manera significativa la hipótesis presentada hasta ahora por la Unidad Fiscal. Es por ello que se dispusieron medidas tendientes a la realización de un peritaje biológico a fin de obtener el perfil de ADN de las muestras de los restos de las víctimas del atentado”.
El atentado a la AMIA fue en 1994. Aún no hay responsables condenados
Los fiscales trabajan también en la identificación de todas las víctimas del ataque. En esa línea, dijeron que “resulta también de suma relevancia determinar la cantidad exacta de víctimas que perdieron la vida, su identidad y el lugar en el que se encuentran sepultadas y agotar las medidas para el hallazgo del cuerpo de León Gregorio Knorpel quien aún no fue hallado, a pesar de que su muerte fue acreditada por testimonios”.
El trabajo de la Unidad permitió identificar a la víctima 85 del atentado. Se trata de Augusto Daniel Jesús, quien tenía 20 años cuando se produjo el ataque terrorista. “El joven nacido en 1974 era el hijo de María Lourdes Jesús, también fallecida en el ataque. De acuerdo a la información aportada por sus familiares, ambos estaban realizando un curso sobre el cuidado de enfermos en la sede de la AMIA”, consigna el trabajo. Un peritaje realizado por el Equipo de Antropología Forense determinó que restos sin identificar tenían correspondencia con los de María Lourdes Jesús.
En el trabajo de seguir con el inventario y ordenamiento del material de la investigación, la fiscalía indicó que el 8 de septiembre de 2016 “la División Laboratorio Químico (de la Policía Federal) elevó a la UFI AMIA un informe adicional dando cuenta del hallazgo de nuevos materiales vinculados a la investigación, entre los que había un balde rojo con restos orgánicos de víctimas que se encontró congelado en un freezer y una bolsa con el rótulo “MAT REMANENTE PER 6730/94 (ESQUIRLAS)”, con otras 14 bolsas transparentes que contenían fragmentos metálicos en su interior”.
Augusto Daniel Jesús, en una foto de la infancia. Murió a los 20 años.
Con esas esquirlas y elementos metálicos se pidió a la Gendarmería la realización de un peritaje para determinar si podía corresponder con los restos hallados de la camioneta Trafic que fue usada como coche bomba, según la investigación.
“El 13 de diciembre de 2016, Gendarmería Nacional remitió a los fiscales un adelanto del peritaje en el que indicó que tras realizar un análisis mediante microscopia electrónica de barrido con espectrometría de dispersión de rayos X (SEM-EDX) y cotejar la estructura y composición de los materiales metálicos extraídos, se pudo determinar que había concordancia estructural entre las piezas reservadas hace 22 años y recuperadas este 2016 y las partes de camioneta recogidas en el lugar al inicio de la investigación. Los forenses consideraron también que las esquirlas servían para acreditar las características del artefacto explosivo. Este resultado sumado a otras constancias de la investigación y a las conclusiones de un trabajo focalizado en la revisión y reconstrucción del momento mismo del atentado realizado por personal de esta Unidad Fiscal, consolida la hipótesis del empleo de una camioneta para la comisión del atentado”, consigna el trabajo.
Informe de Gestión Anual UFI AMIA by Rafael Saralegui on Scribd
Los fiscales siguen en la tarea de identificar a Samuel Salman El Reda, quien está acusado “de ser un miembro activo de Hezbollah y uno de los principales responsables, a nivel local, en la preparación y consumación del ataque contra la sede de la AMIA/DAIA y de otras instituciones comunitarias. En términos concretos, se le atribuye haber transmitido información indispensable para la concreción del ataque y haber actuado como nexo entre los agentes que actuaron a nivel local y aquellos que operaron desde la zona de la “triple frontera”. El Reda registra una orden de captura nacional e internacional judicial y una notificación roja de Interpol”.