Focalizado en los sectores más vulnerables y sin la proyección a la vista de que se transforme en un subsidio universal, el Gobierno anunciaría en los próximos días el pago de una cuarta cuota del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el bono de 10 mil pesos que la ANSES comenzó a pagar en el inicio de la cuarentena y que llegó a 8,9 millones de personas.
“Estamos viendo cómo cubrimos de aquí a fin de año las necesidades de todos”, sostuvo esta mañana Alberto Fernández en un extenso reportaje con María O'Donnell en FM Metro al referirse al pago del cuarto IFE. Por ahora en el Gobierno no hubo definiciones al respecto, aunque el gabinete económico trabaja en un plan que incluya un cuarto depósito del bono focalizado entre los sectores más vulnerables que aún a pesar de las reaperturas de actividades todavía no lograron recomponer sus ingresos previos al inicio de la cuarentena.
En el caso del Ingreso Familiar de Emergencia no se trata de un subsidio de carácter mensual: hasta ahora se pagaron tres cuotas a lo largo de los 222 días que transcurrieron desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio. El subsidio, que originalmente iba a llegar a unas 600 mil personas, terminó alcanzando a 8,9 millones. Cada cuota representa 89 mil millones de pesos, lo que según datos de la ANSES equivale al 0,3 por ciento del PBI.
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“El impacto del IFE fue fundamental para evitar que millones de familias cayeran en la pobreza y en la indigencia”, insistían en el gobierno ante la consulta de BigBang. Ahora, evalúan un esquema focalizado en los sectores que todavía no lograron recuperar sus ingresos. Una de las alternativas es que el cuarto bono lo perciban los jóvenes de entre 18 y 28 años y las mujeres adultas que sean jefas de hogar.
El argumento para no hacer un nuevo pago generalizado es que según datos de actividad económica, cerca del 90 por ciento de las actividades productivas ya recuperaron los niveles previos al inicio de la cuarentena, con algunas excepciones clave: el turismo y la industria cultural. Aseguran que no se trata de una “mirada fiscal”. En este sentido, el Gobierno trabajaba para hacer los cruces de datos y poder determinar a quiénes les corresponde el pago del cuarto IFE.
Por ahora no aparece en el radar el tan mencionado Ingreso Universal que propuso meses atrás el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, quien meses atrás sostuvo a BigBang que “el ingreso de base debe estar vinculado al trabajo y la capacitación”. En ese sentido, el Gobierno apuesta al impacto del plan Potenciar Trabajo como una herramienta que reemplace al IFE y que genere 300 mil empleos en los próximos años.
“Está casi confirmado el pago del cuarto IFE focalizado. Después se irá hacia un esquema de capacitaciones y empleos para jóvenes de 18 a 24 años”, señalaron desde el Gobierno ante la consulta de BigBang. Ese programa lo está elaborando la directora ejecutiva de la ANSES, Fernanda Raverta.
En el Gobierno sostienen que el IFE sirvió para contener la situación social en las villas y barrios más vulnerables, con un dato clave: en la Argentina viven 4 millones de personas distribuidas en 4.000 asentamientos. La suba del dólar y la crisis económica, con aumento de pobreza e indigencia, le suman más presión a la necesidad de un subsidio que evite que se agudice la situación social.
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RADIOGRAFÍA DEL IFE
De los 8,9 millones de personas que perciben el subsidio: 5,6 millones son trabajadores informales o desocupados sin seguro de desempleo. 2,4 millones son beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo o por Embarazo. 700 mil personas son monotributistas de las categorías A, B o monotributo social. 180 mil son trabajadoras de casas particulares 120 mil son beneficiarios del plan Progresar.La mayoría de quienes perciben el IFE son mujeres (55,7 por ciento) y según la ANSES ese dato se explica por la desigualdad de género que se siente en los estratos más vulnerables y porque al haber más de un solicitante por hogar se prioriza siempre a la mujer. El rango etario donde más concentraron los beneficios es entre los 25 y los 34 años (tres millones), seguido por entre los 18 y 24 (2,5 millones) lo que demuestra la delicada situación que atraviesan los jóvenes, con empleos más precarios y una inestabilidad laboral preocupante.