Según un estudio de Unicef, el 30% de las chicas y chicos de entre 0 y 17 años que vive en Argentina son pobres el 8,4% es extremadamente pobre. El estudio mide la pobreza multidimensional, una categoría que combina 28 indicadores de privación que miden desde el grado de nutrición de los niños hasta la exposición a la violencia.
Según el estudio, además, un millón y medio de chicos están excluidos de la Asignación Universal por Hijo.
Para la Unicef, los hijos de trabajadores "en negro" tienen más posibilidades de ser pobres.
Esta nueva medición de la pobreza combina 28 indicadores que se dividen en diez dimensiones, relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Convención Sobre los Derechos del Niño. Las diez dimensiones son Nutrición, Salud, Educación, Información, Saneamiento, Vivienda, Ambiente, Violencia, Trabajo, Juego e Interacción.Cuando al menos cinco de los 28 indicadores ofrece resultados insuficientes, se considera que una persona es pobre. Cuando registra ocho, es extremadamente pobre.
De acuerdo con la metodología empleada en el informe, en la Argentina el 30% del total de niños están en situación de pobreza. Esto representa alrededor de 4 millones de niños. La medición alcanza a las chicas y chicos extremadamente pobres, que constituyen el 8,4% de la población infantil.
Los estudios miden la pobreza a través del consumo o el ingreso. Así establecen si las familias pueden satisfacer las necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales como la vestimenta y el transporte. Las familias que están por debajo del umbral de la “línea de pobreza” son aquellas que no tienen capacidad de cubrir estas necesidades básicas.
El 19% de niños que no son pobres por los ingresos de sus padres, lo son en cambio por la falta de acceso a la educación o por viviendas inadecuadas.
Según el informe, las privaciones en información (acceso a Internet, TV, teléfono fijo y móvil, computadora), protección contra la violencia doméstica, salud y el tiempo para jugar son, en ese orden, las más importantes en la Argentina.
El estudio establece que un niño que vive en un hogar cuyo jefe es un asalariado "en negro" tiene una probabilidad 3,4 veces más alta de experimentar privaciones, que un niño que vive en un hogar cuyo jefe tiene un trabajo en blanco.
Para la Unicef, los niños que están en la base de la escala social tienen una chance 13 veces más elevada de sufrir privaciones, comparados con aquellos que están en la cúspide de la pirámide social. La probabilidad de ser pobre de un niño que del Noroeste Argentino es 6,5 veces más elevada que la de un niño de la Ciudad de Buenos Aires.