El caballito de batalla de Sergio Massa para ganar las elecciones o para aproximarse a una instancia de ballotage fue quitar impuestos. El primero fue el caso del Impuesto a las Ganancias, que si bien proponía que los que más ganan más paguen impuestos, alcanzaba a trabajadores hasta de la salud o de la educación en algunos casos. Ahora, con la modificación del piso implementado por el ministro de Economía, el impuesto comprende solo a aquellos que perciban más de $700.000.
Quedó en carpeta, sin embargo, el tratamiento de un impuesto que alcanzará a miles de empresas argentinas que fue presentado por el legislador Marcelo Casaretto (Frente de Todos). Si bien fue expuesto ante la Cámara de Diputados antes de la modificación del Impuesto a las Ganancias, recién ahora tendrá lugar de discusión y promulgación durante el mes de octubre.
En todo caso, el proyecto del impuesto a las empresas se definirá recién tras las elecciones presidenciales del 22 de octubre para tratarse junto al Presupuesto que ya se presentó en tiempo y forma en el mes de septiembre de 2023.
De qué va el impuesto del 15% a empresas
El objetivo principal es reducir el déficit fiscal. Para esto, Casaretto pone todas las fichas en el impuesto a la utilidad de las empresas, esto quiere decir que “las sociedades de la ley del Impuesto a las Ganancias con ingresos brutos equivalentes a Medianas Empresas Tramo 2 deberán ingresar una suma equivalente al quince por ciento (15%) de la ganancia contable que surja del balance comercial correspondiente al período fiscal de que se trate”. Se podrá utilizar entonces como un “pago a cuenta” de ese período.
Se confirmó además que: “El importe no compensado una vez efectuado el cómputo del pago a cuenta, no podrá ser trasladado a los períodos fiscales siguientes, ni ser objeto, bajo ninguna circunstancia, de compensación con otros gravámenes a cargo del contribuyente o de solicitudes de reintegro o transferencia a favor de terceros”. Si todo sale bien y se logra recaudar ese 15% a las grandes empresas, Massa recaudaría 1,2 billones de pesos.
Casaretto defiende a capa y espada el impuesto
Casaretto expresó efusivo: “Las grandes empresas actualmente pagan una tasa efectiva del 2,44% porque toman de manera incorrecta deducciones, ajustes por inflación, quebrantos y demás, que la AFIP tiene que inspeccionar y determinar caso por caso”, empezó y explicó: “Por eso esta es una solución para que las grandes empresas paguen este mínimo del 15% sobre sus ganancias contables”. El diputado del Frente de Todos que impulsó el impuesto asegura que con cuanta más celeridad se trate el proyecto mejor, pues se trata de “un acto de estricta justicia” porque implica: “Bajar la carga impositiva con un alivio fiscal sobre trabajadores y jubilados pero hacer más intensa la carga sobre las grandes empresas”.
Aseguró para el alivio de las pequeñas y medianas empresas que: “Por supuesto, las pymes argentinas quedan fuera de esta carga” y que el impuesto también está alineado con acuerdos internacionales: “Con los planteos que se han aprobado en el G20 y en la OCDE a nivel internacional, y que vienen discutiéndose hace algunos años”.