"Toda obra de tinieblas contra nuestra clase dirigente sea levantada, sea cancelada", dijo el pastor, mientras tres o cuatro fieles imponían sus manos sobre el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Horacio Rodríguez Larreta permanecía con los ojos cerrados y tanto en tanto metía un "Amén".
Sucedió el sábado pasado, durante la multitudinaria concentración evangélica en conmemoración de los 500 años de la Reforma Protestante de Martín Lutero. El propio Rodríguez Larreta había pedido antes: "Oren por nosotros". Y el pastor así lo hizo, de un modo bastante enfático, pidiendo además "que toda cosa oscura, agendas ocultas salgan a la luz".
El acto fue organizado por la Mesa Consultiva de Federaciones y Asociaciones Evangélicas de la República Argentina y transmitido por la televisión pública. La comunidad LGBTTI se quejó de lo que consideró un acto discriminatorio: el gobierno de la ciudad no les habilitó un escenario para desarrollar un acto correspondiente al "Día del Orgullo", pero sí lo hizo con las iglesias evangélicas.