Alejandro Burzaco aún no jugó la carta más importante que tiene y que seduce a las autoridades de EE.UU. que lo investigan: la información. Aunque podría hacerlo hoy. El empresario argentino involucrado en el escándalo de corrupción de la FIFA será indagado por el juez Raymond Dearie desde las 11.30 -horario de Estados Unidos- y su declaración mantiene en vilo a dirigentes del fútbol local y de la Conmebol.
Caricatura del momento en el que Burzaco declaró ante la Juez de New York. Crédito: Reuters.
Las autoridades norteamericanas ya le comunicaron a Sean Casey, del estudio Kobre & Kim, que representa al ex Ceo de Torneos y Competencias en Estados Unidos, qué información quieren obtener de las palabras de Burzaco. Están interesados en conocer los detalles del armado del negocio por el cual Burzaco, y los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, obtuvieron los derechos de televisación de las Copas Américas. Los argentinos están acusados de haber pagado coimas millonarias para transmitir los partidos de esas competencias.
Influencia. Burzaco negocia la continuidad del escándaloso Boca-River. Créditos: AP.
En la audiencia que se desarrollará en el Juzgado del Distrito Este de Manhattan, Burzaco deberá responder a cada uno de los interrogantes de Dearie, y tendrá que hacerlo con la verdad. Su citación forma parte del acuerdo de cooperación en el cual el empresario se aceptó otorgar información a cambio de una mejora en su pronóstico legal.
Burzaco comparte un café con Daniel Scioli y el presidente de la AFA, Luís Segura.
En el intercambio de información podrían ser mencionados dirigentes de peso del fútbol argentino, de la Conmebol y la FIFA. Los fiscales sólo accederán a recibir datos de involucrados que “estén por encima de Burzaco en la organización criminal”.
Burzaco estuvo prófugo en Italia varios días. Ahora atraviesa el proceso legal en Estados Unidos.
Los apuntados por Burzaco serían Juan Ángel Napout, actual presidente de la Conmebol, José Luis Meiszner, secretario General, y Ricardo Teixeira, ex integrante del Comité Ejecutivo de la FIFA. Un aliciente para las autoridades judiciales es que ninguno de ellos fue apuntado todavía por la pesquisa norteamericana.
Burzaco camino por las calles de Italia, antes de ser extraditado a Estados Unidos.
La situación de Meiszner podría ser la más compleja, quien en 2011 fue denunciado junto a su hijo Andrés por tres cuentas en el exterior. En ellas podría haber fondos de los supuestos sobornos a funcionarios de la Conmebol. La causa a cargo del Juez Claudio Bonadio estaba prácticamente sepultada hasta que el escándalo de la FIFA la revivió. Ahora el magistrado podría volver a solicitarle a las autoridades Suiza mayor información acerca de las cuentas y de ese reporte dependerá la suerte de Meiszner. A través de los documentos se podrá comprobar si efectivamente se depositó dinero en concepto de coimas, aunque se desconoce si Bonadio envió nuevos exhortos al país europeo.
Meiszner, histórico ladero de Grondona, podría ser mencionado por Alejandro Burzaco.
En el plano local, el ex CEO de Torneos, le apuntaría a Pablo Paladino, coordinador de Fútbol para Todos, un funcionario que ingresó al Gobierno de la mano de Aníbal Fernández. Sin embargo en la defensa del empresario le bajaron el tono a un posible intercambio de información a nivel local, debido a que para Estados Unidos el principal atractivo se centran en los dirigentes las confederaciones internacionales de fútbol.
Burzaco será indagado. Sus palabras podrían comprometer a dirigentes del fútbol argentino y la Conmebol.
La situación judicial de Burzaco es compleja y aunque en su defensa lo desmienten, el empresario ya fue citado en varias oportunidades por el juez norteamericano; Su negociación comenzó hace semanas. Sus letrados aclararon que la citación de hoy “se produce en el marco de su negociación, aunque no tiene como objetivo el intercambio de apellidos”.
El hermetismo con el que se manejan los abogados de Burzaco sorprende. En diálogos telefónicos, sus propios letrados lo llaman “el señor” y nunca lo nombran por su nombre. Además, jamás mencionan a los posibles apuntados por el empresario.
El empresario argentino sabe que no puede mentir ya que de sus palabras depende su futuro procesal. Por estos días camina por las calles de New York con una tobillera electrónica a través de la cual es monitoreado y no se aleja demasiado de su departamento de la “Gran Manzana”. Hoy dará un paso más en la búsqueda de una mejora en su situación judicial, aunque para lograrlo podría complicar a varios dirigentes.