Domingo por la tarde, residencia de Olivos. Mientras Alberto Fernández llevaba adelante las negociaciones contrarreloj para poder ungir al reemplazo de Martín Guzmán en el Ministerio de Economía, el presidente recibió un llamado inesperado: el de Estela de Carlotto. Atenta a la crisis política que se había desatado el sábado por la tarde, cuando el ahora ex funcionario presentó su renuncia mientras Cristina Fernández de Kirchner hablaba en Ensenada, la titular de Abuelas intercedió y logró lo que por esas horas resultaba una utopía: que la pareja presidencial dejara de lado sus diferencias y hablara, al menos por teléfono.
"Soy argentina también y me pregunté: ¿qué está pasando entre el presidente y la vice presidenta? Los voy a llamar, por el cariño y la amistad que tengo por ambos. A Alberto si lo llamo me atiende y hablamos de lo que necesito. Siempre responde bien. Así que dije: 'Lo voy a retar, lo tengo que retar y decirle qué estás haciendo. ¿Cómo no la llamás? Nosotras hemos hablado con los ladrones de nuestros nietos, sin ninguna simpatía'", reveló Estela en diálogo con el ciclo radial de Jorge Rial, Argenzuela.
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La titular de Abuelas de Plaza de Mayo advirtió que el presidente tenía la obligación de "hacer lo que le haga mejor al pueblo" y advirtió: "Estamos en riesgo. Hay un decaimiento de la democracia. Así que le llamé la atención y le dije: '¡Llamala a Cristina!'".
Estela: "¡Llamala a Cristina!". Alberto: "Pero yo la llamé y no me contesta". Estela: "Bueno, insistí. ¿Por qué te vas a quedar con que no te atendió?"."Fue medio de madre a hijo. Me dijo que la iba a llamar y la llamó. Yo no quería que esto se supiera, ni que se hiciera público", sumó.
Estela reveló, además, cómo es su vínculo con la vicepresidenta. "La siento como una hija. Siempre pienso que a lo mejor caminó junto a Laura por las calles de La Plata. Todo eso, esta relación personal e institucional, ha sido fantástica. El día que iba a asumir Néstor, estaba con mi hija Claudia en el departamento de ella por otro tema".
"Esta confianza se mantiene, aunque no nos veamos. Por eso me siento un poco madre de ella también. Y como madre hay derecho a decir la verdad sin ofender. Resultó bueno y necesario, porque ya tenemos a la ministra y creo que con las malas ondas que hay de la prensa maldita que lo que quiere es destruirnos, este ejemplo de la unidad de ellos va a ser un aliento para la población", analizó.
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Si bien Carlotto intentó comunicarse también con la vicepresidenta, lo cierto es que no pudo hablar con Cristina.
"¿Cómo no voy a tener esperanza? Es lo último que se pierde. Tengo 91 años y, si me curo de este mal que tengo ahora provisorio, voy a seguir trabajando con el optimismo de seguir encontrando nietos, porque están en algún lado. Inventamos en Abuelas nuevas formas de encuentros a través de la modernidad. Nunca hay que perder la esperanza y la fuerza en el objetivo".