Las cinco horas donde la República Islámica de Irán lanzó un ataque aéreo intenso sobre posiciones de Israel, el cual fue repelido casi en su totalidad por una asociación regional liderada por Estados Unidos, clarificaron algunas cuestiones estratégicas de cara a un potencial conflicto mundial. El estado sionista evalúa un contrataque miltiar, mientras que su par persa advirtió que en caso de que eso se dé "la respuestas será considerablemente más severa".
Al mismo tiempo, esta situación en la que Israel se vio como víctima de un ataque internacional, el cual fue en represalia al bombardeo que realizó en la embajada iraní en Damasco, Siria, reperfiló su situación de apoyo político internacional, en el medio un sangriento conflcito en Gaza, en el cual todos los días pierde apoyo mundial debido a la masacre que perpetra sobre los palestinos, con especial énfasis en las infancias y la población civil que vive un apartheid.
"Lo interceptamos. Los hemos frustrado. Juntos ganaremos", escribió el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su cuenta de X (ex Twitter), tras la ofensiva persa que consistió en 170 drones, 120 misiles balísticos y 30 misiles de crucero, con una fuerza de 60 toneladas de material explosivo, según aportaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Lo cierto es que el sistema de misiles antibalísticos desarrollado por EE.UU. e Israel, de nombre Arrow, respondió casi a la perfección, al igual que David's Sling -la hondera de David-, más centrado en la defensa aérea de mediano a largo alcance.
Mientras que el miembro del gabinete de guerra israelí Benny Gantz remarcó que se "exigiría un precio a Irán de la manera y en el momento adecuado", el general retirado de esa nación Noam Tibon, explicó que el ataque persa reperfiló a Israel de cara a la comunidad internacional, y hasta le dio oxígeno ante la presión que recibía por el frente de Gaza con Hamas y el de norte del Líbano con Hezbollah.
"Esta fue la primera vez en esta guerra que Israel obtuvo una victoria clara. Occidente está ayudando, está a nuestro lado, y si Israel no tiene cuidado, revertirá todo eso tal como lo hizo en Gaza", argumentó, en relación al apoyo político mundial que se necesita y que se puede perder con una respuesta dura ante Irán.
"Tiene que haber un precio por lo que hicieron los iraníes", cuestionó por su parte el ex jefe de investigación de la inteligencia militar israelí Yossi Kuperwasser, aunque señaló que en este sentido "el tiempo no es esencial". "Es muy importante que nos coordinemos con los estadounidenses y que Estados Unidos apruebe y apoye las represalias", insistió.
Las presiones también están para que Israel lance una contraofensiva sin importar todos estos criterios políticos y diplomáticos. "El primer ministro realmente hizo una declaración muy sucinta, y no suele hacer eso. No dijo: 'Ahora vamos a destruir Irán", contrastó Miri Eisin, un ex oficial de alto rango de inteligencia del ejército israelí. "Está muy claro que Irán ha violado todas las normas", expresó por su parte el ex jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, Eyal Hulata. "O la comunidad internacional actúa o Israel tendrá que tomar sus propias decisiones", agregó.
El ataque iráni, según informó el ejército israelí, logró impactar en algunos objetivos y generó daños menores a la base aérea militar de Nevatim del sur del país. También, según mostraron desde las Fuerzas de Defensa, una joven fue hospitalizada por heridas graves de metralla, tras ser trasladada por un avión F-35.
Si bien EE.UU. cumplió un rol directo en evitar mayores daños, al igual que otras potencias mundiales como Gran Bretaña que también fueron parte activa de la defensa aérea, esto no significa que haya una intencionalidad de pisar el acelerador a la hora de una escalada aún mayor hacia Irán.
En conferencia de prensa, el presidente Joe Biden defendió el rol de su país que "ayudó a Israel a derribar casi todos los drones y misiles entrantes" y describió la ofensiva como "un ataque aéreo sin precedentes". Por otro lado, en declaraciones públicas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, confirmó que no se busca "una guerra más amplia con Irán". "No queremos que esto se intensifique", precisó en el programa Meet the Press de NBC.
"El asunto puede considerarse concluido", aseguraron desde Irán en su misión en las Naciones Unidas, el mismo sábado por la noche que se realizó el ataque. Aunque se encargaron de dejar en claro que si Israel "comete otro error, la respuesta de Irán será considerablemente más severa".
El escenario mundial cambió desde el ataque iraní. Es un hecho que ninguna potencia quiere que esto escale por temor a que la situación se vaya de las manos y que estalle un conflicto bélico de escala mundial. Aunque Israel y su marcada tozudez a la hora de terminar con sus métodos en la guerra en Gaza, pueden ser la llave para que la escalada de violencia ponga en riesgo el frágil equilibrio internacional actual.