El juez federal Luis Rodríguez ordenó que el ex secretario de Transporte kirchnerista, Ricardo Jaime, y su ex mano derecha, Manuel Vázquez, comparezcan el jueves 19 de mayo para prestar declaración indagatoria por la polémica licitación del tren bala que prometía unir Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
El tren bala iba a unir Buenos Aires y Córdoba en tres horas
El ex secretario de Transporte está detenido desde el 2 de abril en Ezeiza por los presuntos delitos de peculado,"administración fraudulenta agravada por haberse cometido en perjuicio de una administración pública, cohecho, negociaciones incompatibles y tráfico de influencias por la compra de "trenes chatarra" a España y Portugal.
Ricardo Jaime tiene varias causas en su contra en la Justicia por corrupción.
Era un sueño, de esos lindos y futuristas. Y como tal quedó en el mismo lugar a donde van los sueños: a la nada. Un 26 de abril, pero del año 2006, el por entonces presidente Néstor Kirchner presentaba uno de los proyectos más faraónicos y utópicos de la década kirchnerista: el “Tren de Alta Velocidad en Argentina” (TAVE).
El increíble TAVE iba a permitir unir las ciudades de Buenos Aires y Rosario en sólo 85 minutos y Rosario y Córdoba en sólo 90 minutos. Para eso, el tren bala alcanzaría velocidades máximas de 320 km/h en varios tramos de los 710 kilómetros de tendido entre las tres cabeceras del proyecto.
La promesa de CFK
Por su parte, la por entonces presidenta Cristina Kirchner firmó el 16 de enero de 2008 el decreto para adjudicarle al consorcio francés Veloxia las obras de construcción y el 29 de abril de ese año a Fernández de Kirchner el contrato del proyecto del TAVE, que emplearía tecnología francesa a través de Alstom).
Néstor Kirchner, viendo la maqueta del tren bala; a su izquierda, Ricardo Jaime, hoy preso por fraude.
La obra se calculó con un plazo de ejecución de 4 años y un coste aproximado de US$ 4.000 millones, incluyendo la financiación. La Presidenta consideraba el proyecto como “un salto a la modernidad y una cuestión estratégica” y su entusiasmo la hizo afirmar que la construcción comenzaría en 60 días.
“No es sólo una obra pública con altísima tecnología, sino que estamos dando un salto importante hacia una Argentina diferente que viene a completar un desarrollo y articulación en materia vial para el país”, había declarado la por entonces presidenta ese día por una de las tantas cadenas nacionales.
La obra, además, estipulaba la construcción y/o remodelación de nuevas entaciones en el recorrido: en Retiro, en San Nicolás de los Arroyos, en Rosario Oeste, en Marcos Juárez, en Bell Ville, en Villa María y en Córdoba, incluyendo las instalaciones de mantenimiento en Patio Sorrento, ubicadas en Rosario.
Así estaba estipulado el recorrido del tren bala
Se esperaba que durante las obras se generarán unos 5.000 puestos de trabajo directos y 20.000 indirectos.
Final del sueño
En 2012, cuando en teoría el tren ya tendría que haber estado en marcha pero que la realidad marcaba que ni siquiera se había puesto un andén, el por entonces ministro de Transporte y precadidato presidencial fallido, Florencio Randazzo, sepultó toda posibilidad y afirmó que el proyecto estaba archivado.
“Me conformaría con que tengamos un tren a Rosario, con una vía que sea segura, con un tren que sea realmente digno, confortable, que tengamos un servicio que llegue en tres horas y media, y un tren de la misma forma a Mar del Plata”, había declarado Randazzo a FM Vorterix cuando le preguntaron por el famoso tren bala. “Hay que ir paso a paso, muchas veces lo ideal es enemigo de lo posible”, sostuvo mientras dejaba en el olvido al TAVE.
Una maqueta: todo lo que llegó a ser el tren bala argenitno
Por su parte, en 2014 la empresa Alstom, que iba a construir un tren bala, reconoció el pago de coimas y el gobierno de Estados Unidos le colocó una multa récord de US$ 772,29 millones al grupo energético, acusado de corrupción en varios países.