La privatización de Aerolíneas Argentinas se viene cocinando a fuego lento desde la llegada de La Libertad Avanza a las arcas políticas de la nación. Ahora quedó confirmada a través del decreto 873/2024 publicado este miércoles en el Boletín Oficial.
Lo cierto es que el proceso de privatización empezó con la degradación de los salarios de los y las trabajadoras de la aerolínea de bandera que denunciaron en reiteradas ocasiones que no podían llegar a acuerdos paritarios dignos con el gobierno libertario llegando así a percibir salarios paupérrimos venidos abajo hasta un 75%.
Sumado a eso, se llevó adelante un proceso de persecución política sindical, sobre todo a Pablo Biró de Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) que forma parte del directorio de Aerolíneas Argentinas y que, desde que asumió Javier Milei están buscando su cabeza.
Por si quedaba alguna duda, desde la intervención libertaria explicaron que quería ¡afuera! a Biró del Directorio; tienen tiempo hasta el 16 de octubre, fecha en la que se deberá decidir una nueva cúpula directiva para que la aerolínea siga en funcionamiento.
Como si esto fuera poco, Mauricio Macri metió la cola y mandó a uno de sus funcionarios, Hernán Lombardi que presentó un proyecto para la privatización y venta al mejor postor de Aerolíneas Argentinas; el mismo será debatido en el Congreso de la Nación.
El contexto en el que se anunció la privatización de Aerolíneas es caótico: desde la comunidad universitaria denuncian desfinanciamiento a la educación pública por lo que se organiza desde el mediodía una marcha a nivel nacional donde se repudió la política de ajuste de Javier Milei. Mientras tanto, se presentaba el proyecto de privatización a través del Boletín Oficial.
Allí, alegan algunas justificaciones para la venta de la aerolínea de bandera: "Se dicta en línea con las políticas adoptadas por el Gobierno Nacional referidas al proceso de apertura económica y en el entendimiento de que la conectividad aérea resulta un pilar fundamental para el desarrollo económico de la Nación".
Otra de las razones para la privatización tiene que ver con que "se opere bajo criterios de eficiencia comercial y genere un ámbito de competencia en igualdad de condiciones, profundizando la libertad de los mercados, sin que esto implique la pérdida de soberanía nacional".
Además, alegan que "la privatización de la compañía y su funcionamiento en condiciones de mercado permitirán una mejor prestación del servicio, el cuidado de las arcas públicas y, principalmente, que los argentinos dejen de financiar el déficit de una compañía ineficiente".
El decreto denuncia que desde su re-estatización en 2008, de la mano de Cristina Fernández de Kirchner -luego de 16 años- "los objetivos propuestos no fueron concretados", explicaron.
Lo impresionante es que la persecución sindical también se comunica en el decreto: "A pesar del grave resultado económico que arroja la gestión de Aerolíneas Argentinas S.A., sus empleados mantienen importantes beneficios que contribuyen a empeorar la situación descripta".
En realidad, los beneficios son derechos laborales de los aeronáuticos argentinos. Sin embargo, La Libertad Avanza los describe como privilegios: "Entre tales beneficios se encuentran los pasajes gratis en clase ejecutiva que reciben los pilotos y su grupo familiar, la disponibilidad de pasajes sin costo a favor de dos familiares o de un acompañante para los días festivos en los que deban trabajar, el pago de suplementos en dólares estadounidenses a los pilotos y grandes descuentos para el personal jubilados".