28 Febrero de 2025 09:33

El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, presentó con entusiasmo la construcción de la línea F de subte, una obra que promete conectar los barrios de Barracas y Palermo con un trazado de 11 estaciones y 9 kilómetros de extensión. El anuncio fue acompañado por la incorporación de dos líneas de TramBUS eléctrico, que buscan mejorar la conectividad entre el norte y el sur de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, detrás de la grandilocuencia del acto oficial, surgen interrogantes sobre la viabilidad del proyecto, la financiación y la real voluntad política de concretar una infraestructura de esta magnitud.
La nueva línea tendrá 11 estaciones, con un recorrido de 9 kilómetros. Además, "facilitará el desplazamiento norte-sur, descongestionará a la Línea C y potenciará el uso de las demás líneas". Macri destacó que conectará todas las líneas de subte, menos la H, y el Ferrocarril Roca, sumado a que pasará por los barrios de Barracas, Constitución, San Cristobal, Monserrat, San Nicolás, Recoleta y Palermo. La F transportará, según estimaciones, más de 300 mil pasajeros diarios. Será una línea moderna, equipada con la última tecnología en materia de sistema de señales y coches 0 km con aire acondicionado.
El proyecto incluye, además, la construcción de una cochera y un taller en superficie para mantenimiento liviano y pesado. "Hoy damos un paso histórico, la línea F, con F de futuro. Es un orgullo que podamos encarar la obra de infraestructura urbana más grande de todo el país", dijo el jefe de Gobierno porteño en la estación Facultad de Derecho de la H. Y agregó: "La F y la incorporación del TramBus son un gran salto de calidad en la transformación que estamos haciendo, como lo hicimos con el Metrobus, las bicisendas o el Paseo del Bajo. Se licitará el tramo de 5 kilómetros entre Barracas y la conexión con la estación Callao de la línea D, en el barrio de Balvanera".
La línea F no es una novedad. Su inclusión en los planes de expansión del subterráneo data de hace décadas, pero las sucesivas administraciones porteñas han dilatado su ejecución. El nuevo anuncio establece que la obra se realizará en dos etapas y que la primera licitación será lanzada en junio de este año, con vistas a iniciar la construcción en 2026 y concluirla en 2031. En un contexto de crisis económica y ajustes presupuestarios, el plazo suena lejano y las dudas sobre su cumplimiento son inevitables.
Más allá de la cuestión temporal, el financiamiento es otro punto clave. La Ciudad prevé una inversión inicial de 1.050 millones de dólares, con un costo total estimado de 1.850 millones de dólares. Sin embargo, no se detalló con claridad el origen de los fondos ni si se cuenta con respaldo de organismos internacionales o del sector privado. Ante la falta de certezas, es válido preguntarse si el anuncio responde más a una estrategia comunicacional que a un verdadero compromiso con la obra pública.
Jorge Macri presentó la línea F como "la obra de infraestructura urbana más grande del país" y la comparó con hitos anteriores como el Metrobus y el Paseo del Bajo. Sin embargo, el panorama del subte en la Ciudad dista de ser alentador. La red sigue siendo limitada, con un crecimiento prácticamente estancado en la última década y un servicio que deja mucho qué desear. La extensión de la línea H fue la última incorporación significativa, y la falta de inversiones causó un deterioro en la calidad del servicio. En ese sentido, la expectativa de una nueva línea choca con la realidad de un sistema que requiere modernización y ampliación urgente.
Además del subte, el Gobierno porteño anunció la incorporación del TramBUS, un sistema de transporte eléctrico que funcionará en carriles exclusivos y que, según estimaciones oficiales, beneficiará a 60.000 pasajeros diarios. La iniciativa busca optimizar la conexión transversal entre barrios y reducir tiempos de viaje en un 40%. Sin embargo, la efectividad de esta modalidad dependerá de su integración real con el resto del sistema de transporte y de la ejecución de una infraestructura adecuada. El anuncio de Jorge Macri llega en un contexto donde el costo del transporte público en la Ciudad se ha vuelto cada vez más oneroso para los usuarios.
El boleto de subte ha sufrido incrementos constantes, y la relación entre la tarifa y la calidad del servicio es motivo de críticas recurrentes. Si bien la construcción de la línea F podría representar un avance, no resuelve los problemas estructurales de un sistema que sigue sin ser una opción eficiente y accesible para miles de porteños. En definitiva, la presentación de la línea F y el TramBUS se inscribe en una tradición de anuncios de grandes obras que suelen quedar en el papel o avanzar a paso lento. Sin certezas sobre los plazos y la financiación, la iniciativa corre el riesgo de convertirse en otro capítulo de promesas incumplidas en materia de transporte público.