por Matias Ayrala
24 Agosto de 2022 14:01Hace 48, los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola pidieron 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, luego de acusarla de “jefa de una asociación ilícita” en el marco de la causa Vialidad. Frente a la evidente falta de pruebas para sostener dicha acusación, desde el Gobierno Nacional, la CGT, organizaciones políticas y sociales, y hasta los partidos de izquierda afirmaron que se trata de un nuevo caso de lawfare, o guerra judicial, que ya se vieron en otros países de América Latina.
Además, Fernández de Kirchner pidió una ampliación de su indagatoria, que fue negada por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2. Por ese motivo, la vicepresidenta utilizó las redes sociales para dar un duro discurso contra los fiscales y la justicia en general, y mostró documentos sobre la fragilidad de la causa penal a la que fue sometida. “El juicio empezó durante 5 días con la ficción que relataron de sobreprecios, rutas no hechas. No era acusación, era ficción, un guión bastante malo. Anticipé que la sentencia ya estaba escrita”, afirmó Cristina.
Y completó en otro durísimo párrafo de su alocución: “Me van a condenar por los 12 años de gobierno, pero si naciera 20 veces, 20 veces haría lo mismo. Por eso me van a condenar. ¿Cómo voy a pensar que este es un tribunal de la Constitución si permite este tipo de cosas? El papá del presidente del Tribunal, oficial de la Marina Giménez Uriburu, postea en contra mío en el mismo espacio del Liverpool. Fue director de Bignone y Galtieri. ¿Qué me van a decir? ¿Qué me van a absolver? Quieren tomarse revancha. ¿De qué? El fiscal pide 12 años porque son 12 años del mejor gobierno que tuvo la Argentina. Esto es un juicio al peronismo y a los gobiernos nacionales y populares”.
Tras ese discurso, y las movilizaciones tanto a la casa de Cristina en Recoleta como al Congreso de la Nación, donde de manera pacífica (aunque la Policía de la Ciudad los atacó) los militantes peronistas y decenas de autoconvocados saludaron a la ex presidenta y mostraron su apoyo, la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio llevó adelante una reunión en el Sindicato de Gastronómicos en la Ciudad de Buenos Aires para mostrarse en contra de las manifestaciones a favor de Cristina.
CFK se defendió: "Esto es un juicio al peronismo y a los gobiernos nacionales y populares"
En el lugar estuvieron el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; la titular del PRO, Patricia Bullrich; el Auditor Miguel Pichetto; los senadores Humberto Schiavoni, Luis Naidenoff y Alfredo Cornejo; los diputados nacionales de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López; el diputado Cristian Ritondo, junto a Maricel Etchecoin y Andrés De Leo; el jefe del interbloque en diputados Mario Negri; el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. El gran ausente fue Mauricio Macri aunque no dio explicaciones de su faltazo.
Más allá de limar algunas asperezas sobre Elisa Carrió y Martín Lousteau, el frente opositor apuntó la reunión hacia la actualidad judicial y la creciente figura de Cristina de cara a las elecciones del próximo año. Por eso, hubo unanimidad en dar a conocer un comunicado que refuerce tanto el discurso de la Justicia como el que Juntos por el Cambio sostiene desde hace años, a pesar de que ni en el ámbito jurídico ni el político pudieron sostener en la realidad lo que repiten con palabras.
“Lo que está ocurriendo en el país es consecuencia de los años de corrupción kirchnerista”, fue lo primero que afirmaron en su comunicado. Y completaron sobre las marchas del oficialismo en defensa de las instituciones y en contra de la persecución judicial: “JxC expresa su preocupación ante la embestida que funcionarios y militantes afines al Gobierno Nacional están llevando adelante para amedrentar a jueces y fiscales que realizan su trabajo”.
Y completaron: “Por eso que exigimos que se los cuide y proteja ante cualquier intento de desestabilización. El avance de la Justicia es el resultado de la corrupción sin precedentes llevada adelante por el kirchnerismo”.
Pero, sin lugar a dudas, el párrafo más insólito del comunicado de la oposición fue en uno en el que apuntan contra las manifestaciones en la vía pública por parte de la militancia peronista. “Juntos por el Cambio rechaza las convocatorias que realizan dirigentes políticos afines al kirchnerismo para movilizar a la sociedad, generando más violencia y atacando a la independencia del Poder Judicial. Creemos que es momento de que todos los actores de la sociedad hagan su aporte para sostener la paz social, más aún en este contexto de un agravamiento de la crisis económica”, afirmaron los dirigentes cambiemitas.
Esa manifestación es, por lo menos, llamativa porque Juntos por el Cambio se caracteriza por formar parte de distintas marchas que se caracterizan por la violencia contra los distintos funcionarios del Gobierno Nacional en particular y el Peronismo en general. Por ejemplo, el 17 de agosto de 2020, en medio de la etapa más dura del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio por la pandemia de coronavirus, Patricia Bullrich convocó a una marcha en el Obelisco.
Quién es Francisco Sánchez, el diputado macrista que pidió “pena de muerte” para Cristina Kirchner
Esa tarde terminaría con cientos de contagios, entre ellas la propia Bullrich, y algunos militantes internados y muertos por COVID-19. Pero lo que todos recuerdan es que esa jornada estuvo marcada por una amenaza de muerte al presidente Alberto Fernández. Los militantes opositores habían llevado una horca hasta la 9 de julio. Varios de ellos la fotografiaron y la subieron a las redes sociales, donde el troll center hizo de la suyas. También colgaron bolsas mortuorias en las rejas de la Casa Rosada.
"Alguien te preparó un regalito. Vení que te hacemos mimitos, presidente", escribió una falsa usuaria macrista @luanapicantovich, y adjuntó una foto de la horca. Ni durante esa jornada, ni después, ningún dirigente opositor se quejó de la violencia en dicha marcha. Pero hay más. Un par de meses antes, sin pandemia de por medio, es decir, el 7 de diciembre de 2019, Lautaro Maislin, un cronista de C5N, fue escupido y golpeado por manifestantes macristas. A su camarógrafo también lo agredieron y los tildaron de “ladrones” y “asesinos”. Ningún dirigente macrista, que por entonces dejaban el Gobierno Nacional, hizo público su repudio.
"La Policía actuó para defender a la gente": Larreta justificó el operativo en la casa de CFK
Un ejemplo más de los muchos que hay desde los últimos años. El 9 de julio de 2022, se convocó a la autodenominada “marcha opositora”. Las concentraciones fueron en el Obelisco y en Plaza de Mayo, y dieron una exhibición de violencia y odio. Durante esa jornada, a un militante macrista se le ocurrió llevar una guillotina para “ejecutar peronistas”. Otros mostraron una pancarta que decía: “Frente de Todos. Presos, muertos o exiliados". En tanto, meses antes, en el tractorazo del 23 de abril, los opositores al gobierno peronista llevaron muñecos con los rostros del presidente y la vicepresidenta colgados de una horca. Nadie de Juntos por el Cambio se molestó en rechazar ese tipo de manifestaciones. Como dice el refrán: “El que calla, otorga”.