La autopsia duró 13 horas y quienes la presenciaron reconocen que fue “extenuante y trabajosa”. Finalmente, luego de años de reclamos se llevó a cabo la exhumación del cuerpo de Carlitos Menem Jr., el hijo del ex presidente que murió el 15 de marzo de 1995 cuando el helicóptero en el que viajaba cayó al suelo mientras se dirigía a Rosario junto al piloto Silvio Oltra. Aunque los resultados finales estarán en 30 días, los datos preliminares comprobarían que no existió una lesión por disparo de arma de fuego, al revés de lo que había denunciado la familia Menem.
La muerte de Carlitos siempre quedó envuelta bajo un estricto halo de misterio. Las versiones sobre lo ocurrido siempre fueron múltiples: desde un accidente - la Justicia apuntaba a que el helicóptero Bell 206 Jet Ranger se enredó con cables de alta tensión, ya que volaba bajo -, hasta un atentado, versión en la que profundizaron los familiares durante largos años, incluso el propio ex mandatario, que 13 meses atrás, durante una declaración testimonial, apuntó hacia el grupo terrorista Hezbolá.
Junto al padre. El ex presidente, rodeado por sus hijos, Zulemita y Carlitos Jr.
La exhumación fue ordenada meses atrás por el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, a cargo de la causa, tras un pedido presentado por la familia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Aunque estaba prevista para el 31 de mayo, se demoró algunas semanas por trámites previos que había que realizar.
La familia había reclamado ante la CIDH era para que se cotejaran los restos del ataúd con los restos que fueron guardados en la morgue judicial desde 1996, cuando se exhumó por primera vez el cuerpo. Meses atrás, Zulema le relató a este medio que en esa ocasión habían detectado signos de profanación.
Carlitos Menem Jr. murió mientras viajaba en helicóptero hacia la ciudad de Rosario.
El trámite se concretó el miércoles, no fue para nada sencillo y se demoró varias horas. Aunque los resultados de ADN estarán recién en treinta días, fuentes judiciales confirmaron a BigBang que quedó descartada la versión de un tiro en la cabeza, tal como insistía la familia. “El padre lo dijo muchas veces y quedó instalado, pero ahora volvió a ser corroborado. Se hizo por las dudas de la madre”, agregó un hombre que estuvo presente en todo el procedimiento.
Para obtener esa confirmación se debieron comparar los restos que se hallaban en el ataúd con los que fueron preservados en la morgue judicial desde 1996, y cotejarlos con una muestra de sangre a la que se sometieron tanto Menem padre como Zulema Yoma, quien insistía en que era posible una profanación “para que no se vean las esquirlas que tenía el cuerpo, o una bala en la frente, como me dijo su padre”.
El proceso que se concretó el miércoles durante más de 13 horas tendrá resultados finales en 30 días.
“Cuando se abrió el féretro no se armó el cadáver en sí, pero sí se vio que los huesos preservados coincidían con las partes que se encontraban en el ataúd”, describió la fuente judicial a BigBang. Sin embargo, la autopsia no fue para nada sencilla: sólo sacar el féretro de la tierra demoró más de cuatro horas. “Estaba en un nicho de cemento, en tierra, con dos o tres capas de concreto con hierro encima. Se trabajó con pico y cortafierros”, describió. Todo el proceso, tanto en el cementerio como en la morgue, fue observado de cerca por la pareja de Zulemita Menem, Miguel López.
El ataúd se encontraba en mal estado, deteriorado y con riesgo de quebrarse. Luego lo trasladaron hacia la morgue judicial. De las tareas participaron el Cuerpo Médico Forense, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y peritos de parte. Además, se contó con el auxilio de la División de Delitos contra la Salud de la Policía Federal. En total se extrajeron tres muestras, y se espera que los resultados definitivos estén listos en treinta días.
El helicóptero Bell 206 Jet Ranger, en el que viajaba Carlitos junto a Silvio Oltra.
LA CAUSA QUE SE REACTIVÓ
La causa por la muerte de Carlitos Menem Jr. tuvo una serie de idas y vueltas durante las últimas dos décadas. La hipótesis en la que siempre insistió el juez Villafuerte Ruzo fue la de un accidente aéreo. El expediente llegó inclusive a la Corte Suprema, que en abril de 2001 rechazó un último recurso para que se continuara la investigación.
Sin embargo, el año pasado hubo un episodio que derivó en la reactivación de la causa: la declaración de Menem, que debió ser relevado del secreto de Estado por el propio presidente Mauricio Macri para poder aportar datos en la causa por la muerte de su hijo. En su despacho del Senado y frente al magistrado apuntó hacia Hezbolá. A eso se le sumaban declaraciones de su hija Zulemita, quien había recordado que cuando Cristina Kirchner era presidenta, en una reunión les dijo a ella y a Zulema que la muerte de Carlitos había sido “el tercer atentado”.
El año pasado Menem apuntó hacia el grupo terrorista Hezbolá.
Precisamente por eso, el juez de San Nicolás ordenó una serie de declaraciones testimoniales, que incluyeron a todos los ex presidentes que sucedieron a Menem, pero también a los jefes de todas las fuerzas de seguridad federales que ocuparon cargos desde la época del atentado. En alguna ocasión, fue el propio Villafuerte Ruzo el que indicó que ninguno de los testigos había podido aportar información concreta.