La intempestiva renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del Frente de Todos en diputados fue un shock para el Frente de Todos. La mayor parte de los dirigentes del peronismo se enteró de su decisión a través del duro comunicado que dio a conocer el líder de La Cámpora, quien está en desacuerdo con el acuerdo del gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda que contrajo Mauricio Macri. En las más altas esferas del gobierno, la dimisión de Máximo ya era un hecho.
El propio presidente de la Nación, Alberto Fernández, contó durante una entrevista, un par de horas después de la salida de Kirchner: "Con toda franqueza, hablé con Máximo el miércoles pasado. Me contó sus diferencias por el acuerdo. Hoy me llamó y me dijo que había tomado esta decisión”. Y agregó: “Le dije que creía que no era necesario y él me dijo que era una decisión que ya había tomado. Me dijo incluso que lo había hablado con Cristina (Fernández de Kirchner) y que ella tampoco estaba de acuerdo con la renuncia a la banca".
Todavía no está muy claro si detrás de la salida de Máximo hay algún tipo de interés político con una mirada puesta en 2023 (¿o sí?). Lo que sí es seguro es que, al desconcierto general, se le sumó el peligro de una implosión dentro del Frente de Todos. Un escenario innecesario tras semanas en las que hubo duras negociaciones con el FMI para sellar un entendimiento y evitar la caída de Argentina en default, que hubiese significado un caos económico, y con la oposición, con Juntos por el Cambio a la cabeza, lista para sacar réditos partidarios a toda costa.
Por momentos, el panorama político dentro del peronismo parecía hacer temblar la unidad. Aún están muy fresco en la memoria de cierto sector del gobierno lo que sucedió tras las PASO 2021, cuando el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro; el ministro de Justicia, Martín Soria; el ministro de Ciencia, Roberto Salvarezza; el ministro de Ambiente, Juan Cabandié; el ministro de Cultura, Tristán Bauer; la titular del PAMI, Luana Volnovich; la titular de ANSES, Fernanda Raverta; la secretaria de Comercio Exterior, Paula Español, y varios funcionarios más le pusieron a disposición sus renuncias a Fernández, para forzar la salida del entonces jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
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¿Qué similitudes tuvo aquel episodio que marcó el primer resquebrajamiento interno del Frente de Todos? Además de dejar en evidencia ciertas debilidades de la famosa unidad del Gobierno Nacional, las diferencias fueron iniciadas por La Cámpora, el denominado núcleo duro del kirchnerismo, comandado por Máximo, pero con el peso político de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En 2021, con las renuncias de varios funcionarios. En 2022, con la de Máximo a la presidencia del bloque.
Otra similitud es la postura de CFK y su ya criticado “silencio” sobre el acuerdo con el Fondo. Así como tras las PASO decidió no exponer los errores que llevó al oficialismo a perder contra Juntos por el Cambio (aunque sí publicó una carta durísima pero un mes después de la derrota), en esta ocasión no está dispuesta a exponer su mirada sobre la negociación que llevó adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán y que finalizó con el pacto. Pero sí le advirtió a su hijo que no estaba de acuerdo con su renuncia.
El tercer factor en común con la primera crisis interna del Frente de Todos son dos nombres: Wado de Pedro y Fernando “Chino” Navarro. El primero es el ministro del Interior y el “hombre fuerte” de La Cámpora en la Casa de Gobierno. Es uno de los hombres más respetados por el Albertismo y el Massismo. Y, por supuesto, el más querido dentro de su espacio político.
Navarro es el líder del Movimiento Evita. En el último tiempo, específicamente tras la salida de Cafiero, y la llegada de Juan Manzur, como jefe de Gabinete, el Chino cobró poder dentro del Gobierno, y es uno de los “negociadores” del Albertismo. Para que pueda hacer eso, fue designado como secretario de Relaciones Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete.
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Así como fue uno de los más críticos contra De Pedro y el resto de los funcionarios que pusieron a disposición sus renuncias en septiembre del año pasado, Navarro supo conciliar con los funcionarios camporistas, en especial, con Wado. Por ese motivo, esta tarde, los dos mantuvieron una reunión de más de dos horas en la Rosada, mientras el foco estaba puesto en el encuentro entre el presidente y Massa en Olivos.
¿Qué pasó durante esa charla? Quedó pactada la unión y la paz del Frente de Todos. “Se fumó la pipa de la paz entre La Cámpora y el Albertismo”, le confesó una fuente gubernamental a BigBang. Una hora después de finalizado dicho encuentro, el Chino escribió en su cuenta de Twitter, junto a una foto con el ministro del Interior: “Junto a Wado de Pedro hemos conversado sobre la situación de la coalición y del país en general, y a la vez nos comprometimos a profundizar el trabajo en conjunto para que en cada ciudad y en cada localidad de la Argentina se puedan desarrollar Centros de Producción Comunitarios”.
En el mismo sentido, Navarro brindó entrevistas para hablar sobre la renuncia de Kirchner y mostró un tono conciliador: “No me esperaba la decisión de Máximo pero sabía que tenía una mirada crítica. Me parece saludable que se exprese, teniendo en cuenta el contexto. No comparto su decisión perola respeto y la considero digna. Hoy tenemos que seguir trabajando, nombrar un nuevo presidente de bloque y conseguir los votos para aprobar el acuerdo con el FMI en el congreso. Este es el camino que nos marca el presidente”. Y agregó: “Tengo entendido que los compañeros de La Cámpora no van a renunciar al gabinete. Respetan a Máximo pero siguen trabajando. Alberto es el presidente de todas y todos, él designará al próximo presidente o presidenta de bloque”.
Tal como sucedió en el acto de Nueva Chicago, en la previa de las elecciones general, donde De Pedro y Navarro trabajaron en conjunto para que La Cámpora tuviera su propio espacio; ahora ambos trabajaron para que el impacto político generado por la renuncia sea lo menos traumático posible. El objetivo del gobierno es llegar unido y fuerte para 2023. Entonces sí, será el momento en el que las tres fuerzas peronistas del Frente de Todos demostrarán su poder para ocupar las listas en busca de la reelección. Hoy es tiempo de unidad y de paz.