En tiempos de campaña todo vale. La imagen de Cristina Kirchner sentada en el living de Susana Giménez es un fotomontaje que en los próximos días podría convertirse en realidad. La idea, aunque su entorno se encargue de negarlo, fue de Daniel Scioli, el nexo que podría achicar la grieta existente entre la ex presidenta y la conductora. Estos son los detalles de la negociación.
El fotomontaje más esperado del año: ¿se dará el encuentro?
Aunque desde el kirchnerismo desestiman el avance concreto de las negociaciones secretas, en las que también trabaja Lucía Galán, no descartan que una eventual visita al living de la diva podría incrementar la intención de voto a favor de la candidata a senadora. “El público de Susana es tentador, no estaría mal”, reconocen por lo bajo, aunque advierten: “La decisión final la va a tener Cristina”.
Quienes no estarían tan conformes con el eventual encuentro serían los miembros del riñón más duro de La Cámpora. Prefieren mantener una imagen más inalcanzable de la ex presidenta. "Ellos se oponen a todo, son 'contrarios' por naturaleza", bromean desde el ala menos dura del kirchnerismo.
La idea de la entrevista fue de Daniel Scioli, íntimo de Susana.
Distinta es la postura de Camilo Vaca Narvaja, ex yerno de Cristina. “Ojalá vaya, sería muy divertido. Me parecería perfecto. Cristina no tiene nada que esconder. Tendría que ir ahí y a todos los programas a los que sea invitada”, opinó en diálogo con BigBang. "La discusión política hoy también es mediática", agregó.
Desde el kirchnerismo tampoco descartan que un eventual cruce ríspido con Susana podría generar el mismo efecto positivo que obtuvo el protagonizado por María Eugenia Vidal y Diego Brancatelli antes de las PASO en Intratables. “Cristina se banca cualquier mano a mano, tiene mucho para decir”, destaca el padre de su nieta, Helena.
A La Cámpora no le gusta la idea de que Cristina visite a la diva.
Al parecer, la ex presidenta estaría dispuesta a sentarse frente a la conductora, cuya adhesión a la administración de Mauricio Macri es pública, y ya le habría dado el visto bueno a su equipo de campaña. Pero, claro, con condiciones: el encuentro tiene que ser grabado, tal como lo hizo en todas las entrevistas que brindó.
Susana, en cambio, no estaría tan convencida. “Sus productores la están intentando convencer por el lado del rating. Ella sabe que va a ser por lejos el programa más visto y con más repercusión del año”, admiten desde el entorno de Giménez, quien domingo a domingo compite con Jorge Lanata. Y es que, aunque logró derrotarlo el último domingo, los números bajaron desde el regreso televisivo de Periodismo para todos.
De acceder, la diva podría ceder ante algunos de los pedidos de Cristina, pero también pondría sus condiciones, según confirmó Jorge Rial. En principio, Susana se niega a grabar la entrevista. Quiere que el encuentro sea en vivo y sin restricciones a la hora de preguntar. Además, la ex presidenta debería participar del sketch de la empleada pública que la rubia protagoniza con el filoso Antonio Gasalla.
Susana pone condiciones: quiere que sea en vivo y que Cristina participe del sketch con Gasalla.
Pese a la tentación del rating, la posición ideológica de la conductora pesa mucho en las negociaciones. El domingo de las PASO, luego de votar, se encargó de dejar en claro una vez más su apoyo al Gobierno: “Lo mejor para el país es no nombrar más la grieta. Para que se disipe y muera, no hay que nombrarla más”.
El apoyo de Susana al macrismo es público.
El año pasado, durante el festejo posterior a su primer programa, Susana ya se había mostrado categórica frente a la posibilidad de que la ex presidenta visitara su ciclo. “No me gustaría tenerla. ¿Por qué? Porque ya está, ya fue”, respondió desinteresada. Habrá que ver si sigue sosteniendo lo mismo.