La canción popular que reclama "a dónde está, que no se ve, esa famosa CGT", se escuchó en la gran mayoría de las movilizaciones del último año, al menos luego de los dos anteriores paros nacionales y de la tregua que mantuvo la Confederación General del Trabajo (CGT) con el gobierno de Javier Milei.
Ahora, tras una brutal represión a los jubilados y un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el movimiento obrero organizado prometió una tercera medida de fuerza nacional, esta vez de 36 horas, para el 10 de abril. Desde el oficialismo buscan reventarla, pero todo indicaría que no podrán impedir la huelga.
"El paro no se negocia. Está claro eso. No es que tenemos una reacción por lo que sucedió en la marcha anterior con los jubilados. Son un montón de cuestiones que se van acumulando que afectan a las mayorías populares", aseguró este viernes ante Radio Splendid, el secretario de Políticas Económicas y Sociales de la CGT, Omar Plaini.
El canillita lo hizo en el marco de lo que trascendió por parte del Gobierno nacional acerca de reuniones secretas entre integrantes del triunvirato que conduce la CGT y representantes de la gestión libertaria. Cabe recordar que desde el Gabinete definieron que la medida sindical es para "oxigenarse", ya que "no tienen otra forma de responder". En ese sentido aseguraron que los sindicalistas "entienden" la situación del país, pero "se hacen los malos", para no perder prestigio entre los trabajadores que ven achicarse su sueldo y sus posibilidades día tras día.
"Dialogar con el Gobierno no significa sentarse a una mesa y renunciar a los principios que uno tiene y la defensa de los derechos que uno representa", cuestionó Plaini en ese sentido. "Ahora, hay algo muy claro que es que este Gobierno no quiere negociar", dijo.
En la misma línea, Plaini explicó: "Eso no nos va a cambiar que algún compañero del movimiento sindical se siente a negociar con el Gobierno. Porque todos los días hay que mirarle los ojos a los compañeros para darle respuestas".
La CGT, además, anunció que un día antes del paro, el miércoles 9, concurrirá organizada para apoyar a las y los jubilados, como lo hicieron en su momento los hinchas de fútbol y las comunidades universitarias. La acción será en el marco de una semana de actividad intensa de cara a fortalecer la medida nacional.
"El 1° de mayo vamos a hacer una marcha multitudinaria en conmemoración y en respuesta a lo todo lo que estamos viviendo que son las paritarias que no se homologan, la caída del poder adquisitivo, la situación de los jubilados, la pérdida de puestos de trabajo, el desfinanciamiento de la salud solidaria", adelantó Plaini, en relación a lo que viene después del tercer paro nacional al gobierno de Milei.
La presión social de los últimos meses fue fundamental para que la CGT abandonara la tregua con la gestión libertaria. En este tiempo, muchos referentes salieron a negar la medida de fuerza y hasta algunos argumentaron que no era el momento para luchar por los derechos de los trabajadores.
Lo cierto es que la mano libertaria intentará frenar la medida en las próximas semanas y, si la CGT cede a esa presión, deberá enfrentarse a la rebelión de las bases que ven cómo las paritarias cada vez responden menos a sus necesidades.