La conducción de la CGT tendrá esta semana un raid de reuniones en las cuales terminará de definir el monto del bono de fin de año que le exigirán al Gobierno, cuyo monto podría tener un piso de $ 2000.
El Gobierno y la central obrera, en medio de una tensa calma.
A partir de hoy, el triunvirato unificado de la central obrera comandado por Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña pondrán en marcha una serie de reuniones con funcionarios de Gobierno y empresarios para determinar las condiciones de la compensación salarial de fin de año, que además del sector público, también deberá pagarse al privado.
Tras el encuentro con los ministros Alfonso Prat Gay, de Hacienda, y su par de Trabajo, Jorge Triaca, y ante la promesa del Gobierno de futuros encuentros, la central obrera desestimó la posibilidad de un paro general. Sin embargo, de no prosperar su pedido, la amenaza se podría concretar y también dejarán en libertad de acción a los sindicatos de la central para que discutan la reapertura de paritarias, un dolor de cabeza con el que el Gobierno no quiere lidiar.
La CGT prepara una propuesta concreta para el bono de fin de año.
En el Gobierno entienden que dar luz verde al bono de fin de año es la mejor opción, aunque discutirán la cifra final. Esta claro que el monto rondará entre los dos mil pesos y los tres mil. Además desde la central obrera reclamarán que la compensación de diciembre sea “universal”, tanto para públicos como privados.
En tanto, otro reclamo en puerta también toma importante dimensión. Al bono, se suma la exigencia de eximir de Ganancias el último aguinaldo de diciembre, que desde el Gobierno ya le avisaron a los sindicatos “está hecho”. El propio Prat Gay reconoció que el Gobierno se tomará 10 días para "hacer los números", pero que "seguramente vamos a hacer un esfuerzo para los más necesitados y los salarios más bajos antes de fin de año".
Macri quiere evitar la reapertura de paritarias y el posible paro general de la CGT.
Para discutir estas cuestiones, la CGT y el Gobierno volverán a verse las caras en los próximos días, en una reunión de la que también participarán empresarios del sector privado. Para ese entonces, en el macrismo esperan avanzar aún más en su proyecto de ley de modificación "gradual" de las escalas del impuesto a las ganancias. Otro guiño a los sindicalistas.
Estas modificaciones, resistidas por los gobernadores que sin embargo ya le comunicaron al Gobierno que apoyarán el proyecto, representarán un fuerte agujero fiscal para las arcas del Estado, que dejará de percibir por este impuesto casi $ 30.000 millones. Por su parte, las provincias también sentirán la merma impositiva: el costo será superior a $ 27.000 millones.