Luego de que la ministra de Desarrollo Social, Sandra Pettovello, protagonizara un fuerte cruce con dirigentes sociales y avisara que sólo atendería a personas con hambre y no a referentes, y a siete días de que el presidente de la Nación, Javier Milei, tenga su primer encuentro con el papa Francisco en el Vaticano, la Conferencia Episcopal Argentina lanzó un duro comunicado donde advirtió que "la comida no puede ser una variable de ajuste".
"En nuestra patria nadie debería pasar hambre, ya que es una tierra bendita de pan. Sin embargo, hoy, a cientos de miles de familias se les hace cada vez más difícil alimentarse bien", caracterizaron en el documento eclesiástico, firmado por los monseñores Oscar Ojea, Marcelo Colombo, Carlos Azpiroz Costa y Alberto Bochatey.
"La inflación desde hace años crece día a día y pega fuertemente en el precio de los alimentos. Lo siente claramente la clase media trabajadora, los jubilados y aquellos que no ven crecer sus salarios. También todo el universo de la economía popular, donde prácticamente se trabaja sin derechos. Pensemos en los vendedores ambulantes, los recicladores, los feriantes, los pequeños agricultores, los ladrilleros, los costureros, los que realizan distintas tareas de cuidado y de servicio", reflexionaron allí.
"Ante este escenario de trabajo sacrificado y de bajos ingresos, las familias se privan de muchas cosas. Por ejemplo, una mamá puede privarse de tomar un colectivo y camina para ahorrar, pero de ninguna manera puede no darle de comer a sus hijos. Es decir, la comida no puede ser una variable de ajuste", lanzaron más adelante, casi como ensayando una consigna para defender a los espacios que menos tienen. "Ante una crisis no son suficientes los paradigmas tecnocráticos, sean estadocéntricos, sean mercadocéntricos, es necesaria la comunidad", agregaron.
En el documento, la Iglesia rejerarquizó los tiempos de la pandemia de Covid-19, los cuales enseñaron "el valor de la respuesta comunitaria organizada", ya que en ese periodo "se multiplicaron los comedores", tanto en parroquias, como en iglesias evangélicas y movimientos populares, enumeraron.
"Esa reserva está todavía presente, por eso el estado nacional, provincial y municipal, tienen que aprovecharla para que nadie se quede sin el pan de cada día. Todos los espacios de cuidado que dan de comer, todos los comedores comunitarios, de parroquias, Iglesias evangélicas, y de movimientos populares deben recibir ayuda sin dilación. Ningún sector de los que hoy están actuando, ninguna institución o Iglesia, podría hacerlo solo", reconocieron desde la jerarquía eclesiástica.
La definición fue interpretada claramente como un palo directo hacia Pettovello, luego de que la ministra tuviera un cruce viral con piqueteros en la puerta de su cartera y les negara atención a los dirigentes, con el fin de terminar con la intermediación de planes y ayuda social.
En ese sentido, la Conferencia Episcopal rechazó de esta manera la modalidad confrontativa del gobierno libertario y aseguró que "sin interrumpir la actividad de los espacios que continúan brindando asistencia alimentaria, se los puede auditar al mismo tiempo para que den cuenta de su transparencia y de este modo, contribuir a optimizar la ayuda sin descuidar a nadie".
La carta se emitió a sólo siete días de la primera reunión bilateral entre Milei y el Papa Francisco, máximo líder de la Iglesia Católica. Cabe recordar que el actual mandatario libertario, antes de que la campaña electoral lo coloque como favorito para llegar al sillón de Rivadavia, había tildado a Francisco como "un enviado del maligno", en referencia a Satanás. Lo cierto es que una vez cerca del poder bajó los decibeles y se desdijo de lo que había expresado, y hasta tuvo una comunicación telefónica con Bergoglio para bajar los ánimos.