27 Marzo de 2025 13:38

En un contexto donde el ajuste del gasto público parece ser la brújula que guía las decisiones del gobierno de La Libertad Avanza, se anunció la creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Financiamiento de Tecnologías Sanitarias (ANEFiTS). Este nuevo organismo, según informaron desde las fuerzas del cielo, tendrá como objetivo centralizar y racionalizar las decisiones sobre qué tecnologías sanitarias serán financiadas con recursos estatales.
Durante su tradicional conferencia de prensa, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que "el Presidente Milei va a firmar el decreto con la creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Financiamiento de Tecnologías Sanitarias". La flamante ANEFiTS reemplazará a dos organismos preexistentes: la Comisión Nacional de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Excelencia Clínica (CONETEC) y el Consejo de Asistencia Técnica para Procesos Judiciales de Salud (CATPROS).
Adorni explicó que esta nueva entidad "se va a encargar de desregular el sistema sanitario a través de la eliminación de normas obsoletas, estructuras duplicadas y criterios absolutamente arbitrarios". Según el funcionario libertario, la agencia garantizará que solo se incorporen al sistema aquellas tecnologías sanitarias que cuenten con "la debida eficacia científica y beneficios clínicos comprobados".
Desde el Ministerio de Salud, fuentes consultadas por Infobae señalaron que "la creación de la ANEFiTS será una herramienta para racionalizar el gasto público, eliminar distorsiones del mercado de la salud y garantizar la eficiencia en la asignación de recursos". En un país donde el sistema sanitario enfrenta desafíos estructurales profundos, esta medida promete ser una solución mágica que logra hacer más con menos.
La agencia comenzará a funcionar 30 días después de su publicación en el Boletín Oficial. Su tarea será determinar cuándo y cómo corresponde incorporar una tecnología al sistema financiado por el Estado, considerando factores como calidad, seguridad, eficacia, eficiencia y equidad. Además, evaluará el impacto ético, médico, económico y social de cada tecnología.
Adorni también destacó que esta iniciativa no es exclusiva del país: "Esta iniciativa no es nueva en el mundo y pone a la Argentina a la par de otros países ejemplo. En el año 2004, Francia creó la HAS y Alemania el Instituto para la Calidad y la Eficiencia en la Atención Sanitaria, dos agencias similares cuya acción permitió una reducción del precio de los medicamentos en la venta al público", describió.
Sin embargo, detrás del discurso técnico y las comparaciones internacionales, la medida plantea interrogantes inevitables sobre sus verdaderas implicancias. La unificación de criterios técnicos bajo un único organismo es una estrategia para simplificar procesos y generar menos gasto público.
En esta línea, detallaron que "en caso de que un medicamento esté aprobado por agencias regulatorias internacionales, pero no cumpla con los criterios definidos por la ANEFiTS, podría comercializarse en el país, aunque sin financiamiento estatal". Esto significa que aquellos ciudadanos que necesiten tratamientos no aprobados por la agencia podrán acceder a ellos exclusivamente en el ámbito privado.
El ajuste en el gasto público parece ser el objetivo final. Como explicaron desde el Ministerio de Salud comandado por Mario Lugones: "Se mantiene el derecho de cualquier empresa o individuo a desarrollar y acceder a tratamientos innovadores en el sector privado, pero sin que el Estado deba financiarlos si no hay suficiente evidencia de su efectividad". En otras palabras, quien pueda pagar por fuera del sistema estatal tendrá acceso; quien no pueda, deberá conformarse con lo que ANEFiTS considere "eficiente".
El anuncio llega en un momento donde las políticas de achicamiento del Estado parecen ser las únicas soluciones para los problemas estructurales del país. La creación de ANEFiTS concentra tareas técnicas bajo un único paraguas institucional y promete evitar gastos innecesarios. Sin embargo, detrás del tecnicismo y las promesas de eficiencia, queda abierta la pregunta sobre quiénes serán los verdaderos beneficiados por esta reestructuración del sistema sanitario nacional.