21 Noviembre de 2017 15:55
La declaración como imputado arrepentido del abogado Alejandro Vandenbroele la semana pasada ante el fiscal federal Jorge Di Lello fue de tal contundencia que el juez federal Ariel Lijo decidió este lunes, luego de haber homologado el acuerdo el viernes último, llamar a prestar declaración indagatoria como sospechosos al actual gobernador de la provincia de Formosa, Gildo Insfrán, al ex titular de la AFIP Ricardo Echegaray y al banquero Jorge Brito, dueño del Banco Macro, una de las entidades nacionales de mayor tamaño.
Vandenbroele está siendo investigado en tres causas que están en manos de Lijo. Una por el presunto enriquecimiento ilícito del ex vicepresidente Amado Boudou, otra por la refinanciación de la deuda de la provincia de Formosa cuando aquel era ministro de Economía y la tercera, un remanente de la venta de la imprenta Ciccone, que actualmente se ventila en un juicio oral.
Las citaciones ordenadas hoy por el Lijo tienen en esos tres nombres a las figuras más rutilantes, pero incluyen a otras personas que según el juez federal, participaron en las maniobras que están siendo investigadas en las tres causas. El eje siempre es Vandenbroele, supuesto presidente de la firma The Old Found, que intervino en la financiación de la deuda de Formosa y en la compra de Ciccone.
En su resolución, Lijo sostuvo que “las manifestaciones realizadas por el nombrado (Vendenbroele) en esa ocasión con relación a las maniobras investigadas en la presente causa, corroboraron las hipótesis relacionadas con la procedencia de los fondos aplicados a la empresa The Old Fund y Ciccone Calcográfica, que se establecieron a través de la investigación realizada oportunamente por la Unidad Fiscal de Investigación de Lavado de Dinero y Financiamiento del Terrorismo, a cargo del Dr. Raúl Plee (actualmente PROCELAC)”.
Aunque la declaración de Vandenbroele es secreta, trascendió que el abogado mendocino habría dicho que el dinero para la compra de la imprenta lo aportaron los banqueros Brito y Raúl Moneta, quien así lo había expresado en su momento en un escrito que presentó en la la causa. Al declarar en el juicio oral, Boudou había declarado que el dinero lo había aportado “el gaucho Moneta”, en referencia su amor por los caballos. Pero Moneta no se encuentra en buen estado de salud y no podrá declarar.
En su declaración, Vandenbroele habría dicho que el fallecido ex presidente Néstor Kirchner fue quien ideó y ordenó “el operativo rescate de la imprenta Ciccone, que fabricaba dinero, al considerarla una empresa estratégica que no podía quedar en manos de sus enemigos políticos ni de empresarios extranjeros”, consignó el diario La Nación.
Vandenbroele dijo que el dinero lo aportó Brito.
Citó como financistas a Moneta y Brito, dos banqueros e íntimos amigos. “Vandenbroele admitió que Brito le pagaba una mensualidad y los honorarios de sus abogados para que tuviera cerrada la boca”, agregó el diario. La semana pasada, después de que las acciones del Banco Macro se desplomaran y cuando se especulaba con la suerte de Brito, el banquero pidió licencia a la conducción de la entidad.
El juez Lijo no sólo llamó a indagatoria a Brito y Moneta, sino que también convocó como sospechosos a Pablo Jorge Amato y Francisco Sguera,y ampliar la declaración indagatoria de Ricardo Echegaray y Máximo Lanusse.
Amato se casó con una de las hijas de Nicolás Ciccone, uno de los fundadores de la imprenta, y había sido acusado por la fiscalía de participar en las negociaciones. Sguera fue abogado de Macro, al igual que Lanusse, quien se desempeñaba en el banco como gerente administrativo y luego fue vicepresidente de The Old Found, presidida por Vandenbroele, tras la compra de la imprenta Ciccone. Echegaray ya había declarado en la causa como sospechoso, pero ahora deberá declarar otra vez, tras la confesión del supuesto testaferro del ex vicepresidente.