02 Agosto de 2016 11:49
La esposa del ex secretario de Obras Públicas José López trató de eludir hoy a los periodistas que la esperaban en el pasillo que antecede al juzgado federal de Daniel Rafecas donde dejó un escrito y se negó a contestar preguntas.
María Amalia Díaz, esposa de López, se tapó la cara cuando vio a los cronistas que la esperaban en la puerta del despacho para fotografiarla con sus teléfonos celulares, antes de ingresar en el despacho del magistrado que esperaba interrogarla como imputada el delito de enriquecimiento ilícito.
La mujer estuvo reunida durante la mañana con su abogada, la defensa oficial Perla Martínez De Buck, la misma letrada que representó ayer a la monja Inés que declaró en indagatoria, por encubrimiento.
La esposa de López debía dar explicaciones penales ante el juez federal Daniel Rafecas por el enriquecimiento de su marido hasta que dejó la función pública, en una causa que se inicio hace ocho años.
En el escrito, según trascendió, negó haber ayudado a su marido a ocultar los bolsos con 9 millones de dólares en el monasterio de General Rodríguez, donde fue arrestado.
En el escrito también aseguró que la madre Alba, una mujer de 92 años que es quien dirige el convento, era consejero espiritual de la pareja y que cómo lo veía fuera de sí le aconsejó que fuera a hablar con ella.
"Este dinero no era de mi conocimiento y no formaba parte del patrimonio de la sociedad conyugal. Mi estupor y sorpresa por el giro que ha tomado mi vida desde esa noche aún no cesan y realmente no tengo conocimiento de todo ello", sostuvo la mujer.
"Niego los hechos que se me imputan, nunca ayudé ni participé para que mi marido se enriqueciera ilícitamente. Desde que compartimos nuestra vida y según es mi conocimiento siempre hemos adquirido nuestros bienes con el producto de nuestro trabajo", agregó.
La directora del convento fue sometida a una pericia, según la cual sufre deterioro cognitivo, por lo cual no está claro si aún podrá declarar como imputada en la causa.
El expediente estuvo prácticamente paralizado hasta que el 14 de junio fue arrestado López en el convento de General Rodríguez cargada con varios bolsos con casi 9 millones de dólares.
La mujer -que la semana pasada dio la última materia para recibirse de abogada- ingresó en el despacho de Rafecas, tapándose la cara, y acompañada por su abogada oficial dejó el escrito y se negó a contestar las preguntas del juez y del fiscal federal Federico Delgado.
Mañana y el jueves están citados los supuestos testaferros de López, su contador Andrés Galera, y el empresario Eduardo Gutiérrez, como partícipes necesarios en el delito de enriquecimiento ilícito de José Francisco López.
Y el viernes próximo será trasladado desde la cárcel de Ezeiza hasta los tribunales el propio López, quien al ser detenido se negó a prestar declaración indagatoria.
