El último martes se vivieron momentos de mucha tensión en la política argentina. La escalada del dólar ilegal, llamado blue, que amenazó con llegar a los 500 pesos colmó la paciencia del ministro de Economía, Sergio Massa, como así también generó mucha preocupación en todo el circuito productivo y la población en general. Las decisiones, obligadas por la corrida especulativa, llegaron, y hasta hubo que ponerle un freno al FMI y cambiarle los planes.
El funcionario sabe que está frente a la más grave crisis de la economía argentina en los últimos años. Es por eso que decidió apuntar ante la Justicia Penal y Económica a quienes impulsaron la corrida. "Vamos a utilizar todas las herramientas del estado para poner fin a esta ola de rumores y especulaciones que buscan generar ganancia para unos pocos y van contra todos los argentinos", disparó el ministro en su Twitter.
Cuando el martes a las 13 salió a anunciarlo, se generó un derrumbe de los dólares financieros que estuvo muy marcado por la especulación de ciertos espacios del mercado en los cuales se puso el ojo. El mismo día hubo un allanamiento en la compañía de operadores de bolsa TPCG Agente de Valores SA en Retiro. "Cada vez que vea especulación, Massa va a intervenir", reconocieron a BigBang desde Hacienda.
Esa fue la cuestión que llevó al tironeo con el FMI. El ministro también anunció que la decisión de intervenir a través del Banco Central para frenar la subida de la divisa norteamericana, iba en contra de lo acordado con el organismo internacional de crédito. El de Tigre llamó a las oficinas y les avisó de la determinación a la que había llegado, por los que les comunicó que eso también entraba en revisión debido a la obligación de mantener la estabilidad que tenía.
La jugada salió bien un punto, porque enseguida desde el FMI informaron que seguían trabajando junto a Massa y todo su equipo económico, sin dejar espacio a las dudas o a los reproches. En Hacienda aseguraron que el ministro fue muy contundente en su planteo de no querer que una corrida haga el daño económico que hizo en el último día.
Según su entorno, durante la noche del martes estuvo en un contacto casi constante con el presidente Alberto Fernández, ya que el mandatario apoyó por completo las gestiones y le dio todo su aval, al igual que el FMI. La comunicación fue para conseguir que el derrumbe de los dólares financieros lastime lo menos posible al precio del blue.
A esta altura parece lejana la operación que la corredora Max Capital impulsó con un informe la semana pasada que alertaba de un incremento del dólar y otras catástrofes. Según sus directivos, quienes se disculparon al otro día de la publicación, el error se dio a través a un empleado que cayó en un "rumor infundado". En aquel entonces se habló de un daño que ya estaba hecho, algo que se demostró correcto durante los últimos tres días. En el medio también hubo que reafirmar en su puesto al presidente del BCRA, Miguel Ángel Pesce, a quien los rumores lo colocaron, por momentos, afuera de la gestión pública.
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En lo que va del miércoles, las medidas fueron alejando al dólar blue de los 500 y acercándolo más a las cifras de la semana pasada. Pero no es una pelea en la que los funcionarios puedan relajarse.A días de entrar en mayo, y a medio año de una elección con resultado incierto debido a las fuertes tensiones que se viven dentro y fuera del oficialismo, con una mano en el timón de una economía cada vez más lastimada, Massa se juega su pasaje a ser el presidente de la Argentina. Una posibilidad que en 2013 -tras imponerse en las legislativas al kirchnerismo- parecía la más probable, pero que luego se fue diluyendo hasta volver a tomar fuerza en los últimos cuatro años.
Cuando en las elecciones de 2015 quedó tercero, en el escenario polarizado que se dio entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, las opiniones respecto a su futuro quedaron divididas entre quienes pensaban que su carrera como presidenciable había terminado para siempre y quienes aseguraban que era joven y que iba a tener nuevas chances.
Los dos años siguientes, con su espacio gobernando la provincia de Buenos Aires con María Eugenia Vidal, y los otros dos, reposicionándose en un escenario que había unificado a los peronistas ante el espanto de la gestión de Cambiemos, lo volvieron a revitalizar para ser una figura clave en el Frente de Todos (FdT) que venció en 2019.
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Durante todo el mandato de Fernández, su figura creció mucho y hasta recuperó el apoyó de muchos dirigentes kirchneristas que lo ven como el Alberto que no fue, en el sentido de que es una figura que pueda darle los votos que le faltan para atravesar el techo electoral de Cristina Fernández de Kirchner que muchas consultoras aseguran que tiene.Al mismo tiempo, tal como revelaron a La Política Online, en el massismo saben que abandonar el barco no es una opción, porque sería mucho peor. "Le puede ir mal, pero la gente valora a quien se queda a pelear", aseguraron.
Massa todavía no tiene una decisión confirmada respecto a su precandidatura. Con una mano en el timón, sabe que el resultado de cómo quede la embarcación tras la tormenta será fundamental para impulsar o frenar sus posibilidades. A su vez, ya no es tan joven como en 2015 para dejar pasar una posibilidad con la misma certeza de que vendrán otras.