La novela por la quita de 1,18 puntos porcentuales de coparticipación a la Ciudad para transferirlos hacia la provincia de Buenos Aires suma un nuevo capítulo esta semana. Es que la decisión que tomó el presidente Alberto Fernández y la posterior respuesta del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sucedió en la antesala de las reuniones entre las autoridades de las tres jurisdicciones para definir los pasos a seguir de la cuarentena como consecuencia de la pandemia del coronavirus (Covid-19).
Ayer sucedió el primer contacto entre el gobernador Axel Kicillof y Rodríguez Larreta. Según pudo reconstruir este medio, fue el mandatario provincial el que le dijo que había que volver a conversar para tomar una decisión sobre cómo se avanzará en la siguiente etapa del aislamiento. La respuesta del alcalde porteño fue escueta: que se encarguen los equipos técnicos.
Por ahora, tampoco hubo más charlas con Nación desde el llamado del ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y el mensaje del Presidente que todavía tiene la tilde azul de “visto” sin respuesta.
La paradoja de la historia es que tanto Kicillof, como Rodríguez Larreta, por primera vez están de acuerdo ambos en avanzar en más aperturas, en diferentes rubros, de cara a la nueva fase del aislamiento. Si bien la cantidad de casos se mantiene alta en el AMBA, los focos están apareciendo más fuerte en el resto de las provincias.
En los últimos días, el gobernador junto a su jefe de Gabinete, Carlos Bianco, comenzaron a charlar con los intendentes del AMBA la posibilidad de avanzar hacia una habilitación incluso del esparcimiento social, es decir las reuniones sociales. Todavía no está del todo cerrado el tema, pero si está acordado que la decisión que se tome va a tener que contar de la ayuda de los jefes comunales para que se cumpla a raja tabla lo acordado. Incluso en los lugares más complicados del Conurbano, en donde la cuarentena desde el inicio fue de difícil cumplimiento.
En la Ciudad, por su parte, quedaron conformes con las imágenes que vieron del fin de semana con la apertura de bares y restaurantes con mesas en la calle. Tal y como había manifestado el ministro de Salud, Fernán Quirós, en diferentes entrevistas previas al viernes esperaban que suceda lo mismo que cuando habilitaron las salidas a correr; es decir mucha gente el primer día por la extensión que tuvo en confinamiento, pero que que luego iría mermando cuando pase “la novedad”.
Por ese motivo se encuentra todo dado para que se habiliten terrazas y patios, algo que Nación rechazó hace diez días sin previo aviso y que generó mucha bronca en el rubro gastronómico.
Mención aparte: el pedido de regreso a las clases de 6.500 chicos que no tuvieron contacto con la escuela desde una semana antes de que se decretó la cuarentena. En la previa al encuentro, Rodríguez Larreta insistirá con el pedido al punto tal de que aguarda que el ministro de Educación, Nicolás Trotta, ponga una fecha esta semana para un encuentro con su par porteña, Soledad Acuña.
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Para la fase siguiente podría quedar además la reapertura de gimnasios. La semana que viene se llevarían adelante una serie de encuentros entre los empresarios del sector y las autoridades de la Ciudad para definir un sistema de cupos y turnos.