27 Abril de 2016 11:36
Puertas adentro, el Gobierno de Cambiemos comienza a mostrar algunas fisuras que tocan temas tan sensibles como la seguridad. La tensión viene de la mano de las promesas de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien anunció promesas tales como el traspaso de parte de la Policía Federal a la ciudad de Buenos Aires y un protocolo antipiquetes, propuestas que fueron cumplidas a medias. Esto despertó la ira del Jefe de Gobierno porteño y de las autoridades provinciales, quienes entraron en una fría relación con la ministra.
Hace tan sólo unos meses Larreta y Bullrich tenían un mismo camino en común.
En enero pasado se aprobó por ley, el traspaso de aproximadamente 19.000 efectivos de la Federal al ámbito de la ciudad, que ya contaba con la Metropolitana que hasta ese momento tenía cerca de 6.300 efectivos.
Lo cierto es que esa transferencia no se realizó completamente. Horacio Rodríguez Larreta asegura que Bullrich no transfirió todo el personal de seguridad prometido e indica que aún faltan unos 1.000 agentes, según confiaron fuentes del tercer piso de Uspallata al 3100, la sede gubernamental, a BigBang.
Asimismo, se está dando otro fenómeno particular en la Policía Federal y es que parte de su personal está emigrando hacia el interior del país para cumplir funciones en las provincias. Otra cuenta pendiente en dicha fuerza es el aumento salarial correspondiente a este año, el cual aún no fue llevado a cabo.
La aplicación del protocolo antipiquetes es un punto de conflicto en Ciudad y en Provincia.
Otro tema álgido que puso en jaque la relación entre ambos gobiernos es el protocolo antipiquete, aprobado por el 80% de las autoridades provinciales. La normativa establece un conjunto de normativas para guiar el accionar de las fuerzas federales y distritales en manifestaciones en la vía pública. La realidad es que el mismo nunca llegó a aplicarse, ni siquiera una vez; y este es un reclamo permanente desde la Ciudad, que todas las semanas enfrenta movilizaciones en las cuales existe una ausencia total de las fuerzas de seguridad.
Desde el ministerio de Seguridad de la Ciudad, que dirige Martín Ocampo, aseguran que el protocolo para controlar manifestaciones no se aplica debido a "diferencias" con Bullrich. El ministro esgrime que dicha normativa fue lanzada de una manera intempestiva sin considerar particularidades en la manera de aplicarse ante cada situación.
Cristian Ritondo en pie de guerra con Patricia Bullrich.
Algo similar ocurrió en la provincia, donde el ministro de seguridad, Cristian Ritondo asegura que el protocolo es totalmente inaplicable en ese distrito, el cual además, espera la implementación de "mega" plan para reestructurar las fuerzas bonaerenses.
Según revelaron en la Gobernación a BigBang, la relación con Ritondo comenzó a romperse luego de los desentendimientos y torpes procedimientos llevados a cabo ante la fuga de Los hermanos Lanatta y Schillaci de la carcel de Ezeiza.
Con estas diferencias de por medio, Bullrich se apoya en el secretario de seguridad de la nación Eugenio Burzaco para que medie en todas estas cuestiones, evitando así el trato con los ministros y el jefe de gobierno porteño. Es así que a tan sólo cuatro meses de gobierno las peleas entre ministros y jefes de gobiernos ya son un caos.