13 Julio de 2016 06:45
Luego de que el fiscal Federico Delgado le solicitara al juez Daniel Rafecas que cite a indagatoria a la hermana Celia Aparicio, dos empresarios y María Amalia Díaz, la esposa del ex secretario de Obras Públicas, José López, una vecina del convento donde un mes atrás fue detenido el ex funcionario habló sobre la relación que mantenía con las monjas penitentes del monasterio Nuestra Señora de Fátima, ubicado en General Rodríguez.
La vecina apuntó hacia la hermana Alba. Se trata de Alba Martínez, de 94 años. "Es bastante arpía", sostuvo, y recordó un episodio ocurrido años atrás, cuando colaboró en tareas de limpieza con el convento. "Antes venía más gente, sobre todo de Portugal, por tratarse de una virgen de ese país. "No sé cómo era el movimiento hoy, venían muchos portugueses, hace cinco años dejaron de venir", relató Susana.
La vecina señaló que no habló con su vecino Jesús, quien alertó sobre la presencia de un hombre arrojando bolsos al convento la madrugada del 14 de junio, sobre el reciente video donde se observa al ex funcionario ingresando los bolsos al monasterio con ayuda de Celia Aparicio, una de las monjas del convento, conocida como la "hermana Inés". "Lo que más me sorprende es que las monjas abran con tanta naturalidad", apuntó.
Delgado pidió indagatoria a una monja, dos empresarios y la esposa de José López.
"La imagen de las hermanas va a cambiar ahora", sostuvo Susana, quien recordó: "La hermana Alba es bastante arpía. Cuando trajeron a la virgen de Portugal, todavía no había asfalto, e hicimos un camino de antorchas. La hermana me regaló una virgen y al otro día la fue a buscar, me llamó por teléfono y me la sacó". "Pienso que mintieron ante la Justicia, no sé cuál era el objetivo final, pero creo que son cómplices, nadie abre a las tres de la mañana", agregó.
Delgado pidió que la hermana Aparicio fuera citada a declaración indagatoria en el marco de la causa que investiga a López por enriquecimiento ilícito. El fiscal considera que tanto la monja como los dos empresarios, Andrés Galera y Eduardo Gutiérrez, y la esposa del ex secretario, María Amalia Díaz, son cómplices del delito por el que el ex funcionario se encuentra procesado.
EL MISTERIO DE LA MADRE ALBA
Detrás de la detención del ex secretario de Obras Públicas se esconde el misterioso convento donde José López intentó esconder cerca de US$ 9 millones. En él habitan dos enigmáticas monjas que se desentendieron del hecho y de la bóveda recientemente descubierta en su capilla. ¿Quiénes son Alba y María, las monjas que resguardan y vigilan el monasterio de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora de Fátima en General Rodríguez?
López, a la derecha, de la mano con la hermana Alba.
Alba Martínez, de 94 años, es una de las monjas que cuida el convento.
En el predio, ubicado en la calle Mansilla entre Batallón Norte y Comandante González, de General Rodríguez se erige el convento el cual fue el el lugar de retiro de Monseñor Rubén Di Monte, arzobispo de la Diócesis Mercedes Luján, hasta abril pasado cuando falleció. Los vecinos cuentan que allí viven tres monjas de avanzada edad, siendo Alba Martínez, de aproximadamente 94 años, quien está a cargo de la congregación.
Si bien visten hábito, se trata de laicas consagradas que no pertenecen a ninguna orden sino que son devotas de la Virgen de Fátima, y que bajo la Órden creada por Di Monte, se establecieron en el convento de General Rodríguez para vivir bajo sus enseñanzas, "responder a la oración y a la penitencia", según consignó tiempo atrás el arzobispo.
La hermana Alba apareció en algunos actos.
Estas "monjas" tomaron votos de arraigo, razón por la cual en raras ocasiones se las puede ver fuera del convento. La avanzada edad de la hermana Alba, quien se encuentra en silla de ruedas, sólo le permite hacerse presente en algunas ocasiones especiales. Como lo fue al momento en el que se le otorgó a la congregación un móvil que transportaría a la Virgen de Fátima por todo el país. Dicho móvil sería después motivo de controversias, no sólo porque dichos fondos provenían del Ministerio de Desarrollo, empresas privadas y el municipio de Luján, sino porque hay indicios de que en ese vehículo se transportaba dinero hacia Uruguay.
Durante la misa a Di Monte, dos monjas eran quienes recibían las condolencias.
"La hermana Alba no sabemos cuantos años tiene, vive porque Dios lo dispone", contó en una entrevista a un medio televisivo de Luján, Teresa Tartaglia, ex Directora de Cultura de la ciudad de Luján. "Ella está ahí siendo alma de ese convento".
Asimismo, en el velatorio de Monseñor Di Monte, se dejaron ver las restantes dos hermanas de la congregación, a quien todos se acercaban a darles las condolencias.
Semanas atras, luego de conocerse la noticia de la bóveda oculta en la capilla del convento, Alba Martínez desmintió que se tratara de un espacio para guardar dinero y argumento que esa “era mi futura tumba”. Debido a los votos de arraigo que tomaron dichas laicas, tras su muerte deben ser sepultadas en el lugar donde vivieron.