14 Junio de 2017 17:10
Es un caso muy poco conocido. O que no tuvo la prensa suficiente. Mauricio Silva era cura, barrandero y está desaparecido desde el 14 de junio de 1977, cuando limpiaba las calles en la esquina de Terrero y Magariño Cervantes, en el barrio de Flores. Había decidido unir su vocación religiosa con su decisión de vivir como los obreros y por eso trabajaba.
Al cumplirse los 40 años de su desaparición, la Confederación General del Trabajo (CGT) lo homenajeó hoy durante un acto que se realizó en el salón Felipe Vallese, un obrero metalúrgico que se convirtió en el primer trabajador desaparecido, secuestrado en 1962, durante el gobierno de José Guido. Su cuerpo nunca fue encontrado.
Los restos del padre Silva tampoco aparecieron nunca, después de haber sido levantado por militares o policías vestidos de civil. Se cree que estuvo detenido en Campo de Mayo, donde fue brutalmente torturado, y luego fue enviado a un centro clandestino de detención situado en La Plata, donde se pierde el rastro, según datos que aparecen en el Nunca Más.
El padre fue secuestrado cuando trabajaba en la calle.
Mauricio Kleber Silva Iribarnegaray, tal su nombre completo, había nacido en Montevideo en 1925, en una familia humilde. Fue ordenado sacerdote en 1951 en Córdoba, donde había estudiado desde 1948 por disposición de sus superiores de la congregación salesiana.
“El religioso estuvo en la Patagonia en la obra salesiana de Puerto San Julián, donde desarrolló una tarea evangélica y social importante. Fue amigo del fallecido obispo neuquino Jaime de Nevares, y trabajó en La Rioja con monseñor Enrique Angelelli. Más tarde se acercó a un grupo de cirujas en Rosario y terminó por recalar en Buenos Aires, donde consolidó su idea de trabajar en la calle”, informó la agencia AICA.
“A comienzos de los años 70, el padre Silva se integró a la Fraternidad de los Hermanitos de los Pobres, hermandad inspirada en la vida del religioso francés Charles de Foucauld, y dedicada por completo al servicio de los pobres”, agregó la agencia.
Silva había decidido vivir como los trabajadores.
“Trabajaba como obrero de la Municipalidad de Buenos Aires, en la limpieza de calles, ya que la orientación de la Fraternidad indica que sus miembros se desempeñen en la misma actividad donde realizan su apostolado”, consigna el Nunca Más.
“El 14 de junio de 1977, el padre Silva se encontraba barriendo la calle cuando gente de civil armada que se identificó como perteneciente a la policía y que iba dentro de un Ford Falcon blanco, preguntó a otros barrenderos dónde trabajaba aquél. Una testigo vio cómo lo metían en un coche con las misma características”, añade el libro publicado por la Conadep.
Al día siguiente del secuestro, cuatro hombres que dijeron ser miembros de la Fuerzas Armadas y uno que dijo ser el Juez militar que intervenía en el caso Silva, interrogaron a los vecinos y a los Hermanos de la congregación sobre el Padre Silva.
El cura fue secuestrada en 1977, en Flores.
“Al día siguiente fue presentado un recurso de hábeas corpus el que no tuvo resultado positivo. Hacia fines de julio se supo en círculos eclesiásticos que Silva estaba en Campo de Mayo y que había sido bárbaramente torturado. Semanas más tarde fue transferido a algún lugar de La Plata. Desde ese momento, no se tuvo más noticias de él, suponiéndose lo peor”, detalla un documento redactado por la Fraternidad.
En conmemoración al Padre Silva, desde 2003 el 14 de junio fue instituido como el Día del Barrendero. Durante el acto realizado en la CGT, Hugo y Pablo Moyano reivindicaron la figura del cura laburante desaparecido y criticaron al Gobierno por haber dado de baja a las pensiones para discapacitados.
El cura fue recordado también durante un misa que se celebró en la Estación Constitución y que fue rezada por el cura villero y capellán de los cartoneros, Lorenzo “Toto” De Vedia.