Desde su llegada al Gobierno porteño hasta transformarse en Presidente de la Nación, el vínculo entre Mauricio Macri y la comunidad judía atravesó diversas etapas, que oscilaron entre el respeto mutuo y la tensión.
Macri, en el acto por el 22° aniversario del atentado a la AMIA.
“Vemos un presidente algo tibio pero que en comparación con la anterior gestión es el paraíso”, explican desde la DAIA a BigBang. La frase intentó exponer el cuadro de situación actual del vínculo entre el jefe de Estado y las autoridades que hoy conmemoraron el 22° aniversario del atentado terrorista a la AMIA.
Es que a pesar de que Macri siempre tuvo como premisa acompañar a los familiares y amigos de las víctimas de la AMIA con un mensaje direccionado hacia la búsqueda de la verdad, hubo roces que aún hoy resuenan y que encuentran en dos funcionarios del Gobierno el eje de las críticas: Sergio Bergman y Susana Malcorra.
Historia de tensión
Entre julio y octubre de 2009 la relación encontró su punto más conflictivo. La designación del comisario Jorge "el Fino" Palacios, uno de los procesados por encubrimiento en el atentado, al frente de la Policía Metropolitana, provocó una ruptura que aún parece no haber cicatrizado.
Jorge "Fino" Palacios dejo su cargo dos meses después de asumir.
Si bien Palacios dejo el cargo en sólo dos meses producto de una incansable lluvia de críticas, su nombramiento tuvo un importante costo político para el ex jefe de Gobierno porteño: mantuvo una relación distante con la comunidad hasta su llegada a la Rosada.
Las autoridades judías y la Asociación Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA cuestionaron el espionaje de Palacios a Sergio Burstein, titular de la agrupación 18J y hombre muy cercano al kirchnerismo.
El macrismo rompió el acuerdo que Burstein había firmado con Cristina Kirchner.
De hecho, hace tan sólo dos días el Gobierno dio de baja un acuerdo de cooperación entre el ministerio de Justicia y la agrupación 18J, el cual había sido renovado por otro año más el 9 de diciembre del 2015, es decir un día antes de que Julio Alak dejara el ministerio que hoy conduce Germán Garavano.
Un convenio que mostraba la íntima relación de la agrupación de Burstein con el Frente para la Victoria, lazo que nunca se ocultó.
La mirada sobre dos funcionarios
La comunidad judía observa con cierta distancia a dos integrantes del gobierno de Macri. Se trata del ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio "el rabino" Bergman, y la canciller Susana Malcorra.
El primero intentó acercar al PRO y la Comunidad judía mientras ésta mantenían una pronunciada discusión con el kirchnerismo por la firma del Memorándum de entendimiento con Irán. Sin embargo, y a pesar de las reiteradas "mesas de diálogo" siempre fue visto con rechazo. Incluso, hay quienes prefirieron saltearlo a la hora de hablar con Macri.
Bergman, un mediador que no logró acercar a Macri con la autoridades judías.
En cuanto a la funcionaria, tiempo atrás la DAIA envió una carta a Malcorra en la que expresó su rechazo y condena al apoyo del Gobierno de Macri a una polémica resolución de la UNESCO que fue titulada "Palestina Ocupada".
Los dirigentes comunitarios interpretaron el apoyo al documento como una acción para conseguir apoyos del mundo árabe para la postulación de la ministra de Relaciones Exteriores como candidata a secretaria General de Naciones Unidas.
Gesto de acercamiento
La decisión de dejar caer definitivamente el memorándum de entendimiento con Irán durante el kirchnerismo significó para la comunidad judía un gesto de recomposición de la relación.
“Nos dio una prueba de un cumplimiento que le corresponde a aquellos que desde el punto de vista político pueden buscar la justicia”, sostuvo a BigBang, Julio Schlosser, titular de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina.
El Gobierno de Macri dio de baja el Memorándum de entiendo con Irán.
Se trató de un nuevo inicio, en el que la Comunidad observó con cierta esperanza la posibilidad de avanzar en la investigación, postergada por años, y utilizada políticamente por diversas gestiones. “Seguimos confiando en el gobierno de Macri. No tenemos hasta el día de hoy motivos para desconfiar”, agrega Scholosser.
En ese sentido, reconocen el cambio de sintonía del gobierno de Macri con Israel y el acercamiento en términos políticos que se produjo desde el 10 de diciembre entre ambas naciones. Aún así las partes lejos están de convivir en completa armonía.