25 Octubre de 2016 14:21
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y la Santa Sede anunciaron hoy que ponen a disposición de víctimas y familiares de desaparecidos los archivos que la Iglesia conserva de la última dictadura militar, tras dar por terminado el proceso de ordenamiento y digitalización que dispuso el papa Francisco.
Tres obispos de la mesa ejecutiva de la CEA dieron esta mañana detalles de cómo será el procedimiento para que víctimas y familiares de desaparecidos tengan acceso a más de 3.000 documentos eclesiásticos del período 1976-1983, en su mayoría cartas, que fueron ordenados y digitalizados por decisión del papa Francisco.
El vicepresidente primero de la CEA, cardenal Mario Poli, afirmó que la Iglesia "no le tiene miedo" a la apertura de los archivos relacionados con la última dictadura militar y sostuvo que la decisión de ponerlos a disposición de las víctimas y los familiares de desaparecidos representa "un servicio a la Patria, para la reconciliación de los argentinos".
“No tenemos miedo a los archivos. No hay que tenerle miedo a los archivos, la verdad siempre ilumina, aunque duela”, subrayó citando palabras del historiador eclesiástico, el sacerdote Cayetano Bruno.
El presidente de la CEA, monseñor José María Arancedo, rechazó que se acuse a la Iglesia de “complicidad” con la dictadura militar, aunque reconoció que “la Iglesia no hizo todo lo que pudo y, eso es cierto, y pedimos perdón”.
“Complicidad es una palabra fuerte y creo que de los documentos va a surgir otra palabra. Me atrevo a decir que, una vez que se pueda tomar contacto con todo el camino, la presencia de la Iglesia va a aparecer con más luces que sombras”, aseveró.
El anuncio de la desclasificación de los archivos eclesiásticos de la dictadura en poder del Episcopado, la Secretaría de Estado del Vaticano y la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires se hizo a través de un comunicado conjunto difundido simultáneamente.
"De acuerdo a un protocolo que se establecerá próximamente, podrán acceder a la consulta de los documentos referidos a las víctimas y familiares directos de los desaparecidos y detenidos y, en el caso de religiosos o eclesiásticos, también sus superiores mayores", sostuvieron en el comunicado oficial.
La CEA y la Santa Sede aseguraron que "este trabajo se ha desarrollado teniendo como premisa el servicio a la verdad, a la justicia y a la paz, continuando con el diálogo abierto a la cultura del encuentro en el pueblo argentino".
La decisión de facilitar los archivos eclesiásticos de la dictadura militar (1976-1983) se acordó el pasado de 15 de octubre, tras la reunión que la mesa ejecutiva de la CEA, que preside monseñor Arancedo, tuvo en el Vaticano con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del pontífice; monseñor Richard Paul Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, y oficiales de la Secretaría de Estado vaticano.
En esa reunión, la cúpula eclesiástica argentina y los colaboradores inmediatos del Papa hicieron, se precisó, "una valoración de los trabajos de catalogación y digitalización del material de archivo del periodo de la Dictadura Militar (1976-1983), conservado en los Archivos de la Conferencia Episcopal Argentina, de la Secretaría de Estado y de la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires".
"Se ha constatado que este proceso de organización y digitalización, llevado a cabo en conformidad con las decisiones e indicaciones del Santo Padre y que supone la continuación de un trabajo ya iniciado años atrás por la Conferencia Episcopal Argentina, ha terminado", subrayaron.
Estela de Carlotto le pidió al Papa la apertura de los archivos.
El gesto del Papa de catalogar los documentos con la intención de abrir los archivos vaticanos relacionados con la dictadura, está en línea de la promesa que Jorge Bergoglio le hizo a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el encuentro que mantuvieron el 24 de abril en el Vaticano.
"Cuenten conmigo", respondió el Papa ante el pedido de Carlotto de que abra los archivos para colaborar en la búsqueda de nietos robados en la dictadura, a fin de que recuperen su identidad.