La Iglesia pide perdón por haber ayudado a López a esconder sus millones

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) lamentó la participación de algunos de sus integrantes en el reciente episodio que involucró al ex secretario de Obras Públicas, José López, intentando esconder nueve millones de dólares en el monasterio de General Rodríguez. 

José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

“Lo que ha tomado estado público nos lleva a hacer un sincero examen de conciencia a la luz del Año de la Misericordia que estamos celebrando en la Iglesia católica. A nosotros nos interpela de una manera directa y también lo deseamos, para bien del pueblo de la Nación, que este mensaje llegue a todas las personas promotoras o cómplices de los delitos de corrupción”, sostuvo la Comisión Ejecutiva de la CEA, que preside monseñor José María Arancedo. 

José López, al ser detenido con casi nueve millones de dólares.

Para el Episcopado, la corrupción "desgasta en el pueblo la confianza en las instituciones de la democracia". Precisamente por eso, los obispos expresaron su  “rechazo ante cualquier acto de corrupción, público o privado, pero de manera particular a los que involucren a miembros de la Iglesia, que por su misión y servicio, debieran ser testigos íntegros del Evangelio que predicamos”.

"En el último tiempo se han conocido hechos que vinculan a personas de la Iglesia en la Argentina con posibles casos de corrupción", reconocieron. Y advirtieron: “los seguidores de Jesucristo debemos ser honestos y respetuosos de las leyes y como todo ciudadano debemos colaborar con la justicia en su tarea de esclarecer la verdad de los hechos y someternos a sus dictámenes”

Monseñor Robén Di Monte, fallecido obispo de Luján, al cual se vinculó con Julio De Vido y José López.

“Alentamos a la colaboración sincera para el esclarecimiento de las denuncias y reiteramos (habían dicho esto mismo en un documento anterior) 'en este campo es fundamental que el Poder Judicial se mantenga independiente de las presiones de cualquier poder y se sujete sólo al imperio de la verdad y la justicia'”, concluyen los sacerdotes.