Se sabe que llegaron en carretas desde distintos puntos del territorio. Que fue en la Casa de Tucumán y que fue sin dudas uno de los hechos históricos más importantes de la Argentina. Sin embargo, el historiador Mario Pacho O'Donnel dio precisiones respecto de aquel 9 de julio de 1816 en que el pueblo se independizó de los reyes de España.
“Existe una fecha previa al 9 de julio de 1816, que es el 29 de junio de 1815, cuando se celebró el Congreso de Pueblos Libres, en Concepción del Uruguay”, señaló el historiador a BigBang. Aunque aclaró que “las actas se han perdido”, sostuvo que existen cartas de José Gervasio Artigas donde se revela que “una de sus resoluciones del Congreso fue la declaración de la independencia no sólo de España sino de todo poder extranjero”.
El acta de la Declaración de la Independencia de 1816.
En un artículo publicado en Página 12, O'Donnell detalla que fue en el Congreso de Concepción del Uruguay y no en el de Tucumán donde por primera vez se proclamó la independencia de la Patria. “Reivindicar el entrerriano de ninguna manera supone devaluar al tucumano, ya que a ojos vistas son complementarios, pues este último reunió a las provincias andinas, las cuyanas, las del noroeste y las altoperuanas, a las que se sumó Buenos Aires luego del fracaso de su intención de organizarlo en su territorio. En cambio, el de Concepción del Uruguay convocó a las provincias litorales: la Banda Oriental, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe, a las que se agregó una parte de Córdoba”.
Para O'Donnell, en 1816 José de San Martín era uno de los que más insistía en declarar la independencia. Por eso analiza que “no es casual” que haya sido Narciso Laprida el presidente del Congreso, ya que era un hombre que respondía a San Martín. “Ese es otro de los legados que nos deja el libertador”, recordó.
GRITO DE LIBERTAD
En el programa de televisión Algo habrán hecho, el historiador Felipe Pigna muestra, a modo de ficción, que tras aprobar la Declaración de Independencia, hubo un grito de libertad. Sobre este punto, O'Donnell analizó que en la asamblea de Concepción del Uruguay hubo más verborragia, mientras que en San Miguel de Tucumán había “hombres de buena posición” y que “no hubo un clima de euforia”. Otra de las diferencias que planteó el ex titular del Instituto de Revisionismo Histórico fue que en 1816 no se planteó el tipo de gobierno que se adoptaría.
QUÉ HICIERON TRAS FIRMAR EL ACTA
Los manuales de historia indican que tras firmar el acta de independencia se realizaron peñas y hubo festejos en las cercanías de la Casa de Tucumán. Aunque no descartó esa posibilidad, O'Donnell estimó que algunos de los diputados que participaron, festejaron “bebiendo unas copas”, pero que había muchas posiciones encontradas. “Calculo que muchos deben haber regresado a sus provincias. Eran viajes muy largos en esa época. Para la mayoría, llegar hasta Tucumán demoró alrededor de dos meses, porque eran viajes en carreta”, explicó el historiador.
Así era el Mercado Central de Tucumán a fines del Siglo XIX.
Para el historiador Hugo Chumbita, luego de proclamar la independencia hubo una celebración en la catedral de Tucumán. “Allí se realizó una ceremonia, donde Manuel Belgrano leyó un manifiesto a sus tropas”, sostuvo Chumbita a BigBang, quien agregó que en las jornadas siguientes al 9 de julio “hubo una serie de actos públicos para hacer conocer lo definido”.
LA CASA DE LA INDEPENDENCIA, SIN LUJOS
En la actualidad, el Congreso de la Nación es un sitio con todas las comodidades. Cada diputado o senador cuenta con un despacho donde tiene acceso a Internet, teléfono y hasta restaurantes en las cercanías. Sin embargo, la Casa de Tucumán que ofició de Congreso no era un sitio lujoso. “Era una casa de familia, de buena posición económica, de la aristocracia, pero sin lujos”, describió el O'Donnell.
En este salón de la Casa de Tucumán se declaró la Independencia.
Aunque ahora es un museo y un sitio histórico en Tucumán, cuando se declaró la independencia ya tenía alrededor de 40 años. Décadas después del histórico 1816, en 1903, sufrió una demolición parcial. En 1941 se reconstruyó bajo las órdenes de los arquitectos Mario Buschiazzo, Martín Noel y Alejandro Figueroa.