Miriam Villalba, la madre de Lilian Villalba y tía de María del Carmen Villalba, aseguró que su hija y su sobrina -una de 12 y la otra de 11 años- fueron capturadas vivas, torturadas y luego asesinadas por el ejército paraguayo, luego del ataque del 2 de septiembre al campamento del Ejército Paraguayo del Pueblo en la zona de Ybi Yaú, en el norte del Paraguay. "El gobierno paraguayo se encarga de hacer una campaña sucia para encubrir la ejecución de esas dos pequeñitas, pero la versión que está ocurriendo con mucha fuerza es que estas niñas fueron ejecutadas, les colocaron el uniforme, inclusive fueron torturadas. Las imágenes que tenemos de los cuerpitos son muy fuertes. No son criaturas que hayan muerto en un enfrentamiento: fueron torturadas", sostuvo.
"El médico forense de la fiscalía (Pablo Lemir), que en un principio dijo que ellas tenían 18 a y 17 años, fue el que mencionó que las niñas tenían 6 disparos en la espalda, lo que marcaba que estaban huyendo. Pero la familia está convencida que fueron agarradas vivas, torturadas y ejecutadas. Luego el presidente de Paraguay se fue a preparar la escena y posó sobre los cuerpitos de estas niñitas”. Tras el supuesto "enfrentamiento" (en el cual no se registraron ni víctimas ni heridos de ninguno de los dos bandos excepto las dos niñas) Miriam denunció que luego de la ejecución "se apuraron en hacer la autopsia el mismo 2 de septiembre, quemaron todas las ropitas de las nenas, las pusieron en una caja de cartón y las tiraron en una fosa común. El cónsul argentino y el embajador argentino estuvieron presionando para que se hiciera la exhumación y nos entregaran los cuerpos a los familiares, porque en un principio nos negaban la entrega a los familiares. El día 5 se procedió a la exhumación. Ellos sabían que se estaban enfrentando a dos criaturas. Estamos solicitando la repatriación de los cuerpitos y varias organizaciones de derechos humanos están preparando una demanda contra el gobierno paraguayo".
Las ejecutaron y les colocaron los uniformes para aparentar que las niñas eran guerrilleras", aseguró Miriam, pero "hasta los medios paraguayos, algunos de ellos destacaron que los uniformes estaban bien limpios". En diálogo con la misionera Radio Libertad, Villalba dijo que su hija "había ido a conocer al padre" y dijo que ella no participa del EPP, aunque sí lo hacen su hermano y su hermana. Los hechos ocurrieron el pasado 2 de septiembre. En un principio, el gobierno paraguayo habló de las víctimas como de guerrilleras de 17 y 18 años. Luego trascendió la verdadera edad. El Gobierno de Paraguay inicialmente había dicho que el operativo de las Fuerzas de Tareas Conjuntas (FTC) contra el campamento del EPP fue un "éxito", y responsabilizó a los propios guerrilleros por la muerte de las niñas."Yo tengo hijos adolescentes, niños, y ver que fruto de la violencia, las víctimas son niños expuestos de manera cobarde e irresponsable es un dolor que como ser humano y como padre uno siente en el corazón, es doloroso; ya tuve muchos días difíciles", expresó el presidente Mario Abdo Benítez al visitar el campamento del EPP, tras el operativo.
El 4 de septiembre pasado, la Cancillería presentó una protesta formal contra el gobierno paraguayo. Dice, textualmente, "El Gobierno argentino demanda al Gobierno paraguayo el urgente esclarecimiento y la identificación de responsables por la muerte de dos argentinas de 11 años. Rechazamos enérgicamente toda expresión oficial que busque encubrir responsabilidades". "No es posible aceptar que no hayan advertido, quienes fueron testigos de los hechos acontecidos, la escasa edad de las niñas.", agrega
El representante en América del Sur de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, dijo que el procedimiento del ejército paraguayo fue “un hecho gravísimo que terminó con la vida de dos niñas a quienes el Estado debía proteger, como parte de su obligación de garantizar los derechos humanos de todas las niñas, niños y adolescentes en el país y consideró que "Paraguay debe investigar sin demora y de forma imparcial la muerte de dos niñas”. La Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) consideró lo ocurrido lisa y llanamente como "un crimen de Estado".“Además de lo criminal del operativo, resulta inexplicable el apresuramiento por sepultar los cuerpos antes de que sean identificados y entregados a sus familiares. Pareciera existir premura por intentar borrar evidencias del terrible suceso”, denunció.