Aislado en la residencia de huéspedes de Olivos luego de dar positivo de Covid-19, Alberto Fernández se prepara para una semana a pura rosca política que mantendrá desde ya por Zoom. ¿El motivo? La llegada de la segunda ola ya es una realidad y, pese al alarmante cuadro sanitario, son muchos los gobernadores -en especial el mendocino Rodolfo Suárez y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta- que se muestran reticentes a la hora de asumir el costo político de avanzar con las medidas de restricción que reclaman ya no sólo los infectólogos, sino todo el personal sanitario que desde hace un año se encuentra en la primera fila de la "guerra invisible".
Por fuera de la "rosca partidaria" -potenciada no sólo por el año electoral, sino también por el cansancio social de los argentinos-, el cuadro de situación es crítico: los casos están en aumento (en especial en el AMBA), los trabajadores del sistema de salud están agotados y, como si fuera poco, la circulación local de las nuevas cepas anticipan un escenario complejo: más casos, cuadros más graves y, por ende, un incremento en la ocupación de las camas de terapia intensiva que podría hacer colapsar al sistema sanitario.
Si bien el objetivo es alcanzar un acuerdo nacional esta semana y avanzar a partir del viernes con las medidas de restricción súper localizadas -como anticipó Carla Vizzotti-, lo cierto es que el cuadro de situación del país no difiere demasiado de lo que está sucediendo en la región y en el resto del mundo.
América Latina, al rojo vivo: la situación de Brasil, Uruguay, Chile, Colombia, Paraguay, Ecuador y México
En Uruguay, por ejemplo, se registró el jueves el récord diario de fallecidos desde el inicio de la pandemia y el Gobierno de Luis Lacalle Pou todavía no tiene certezas en torno a la llegada de las 48 mil dosis de AstraZeneca. Sin tratamientos habilitados al momento y con la entrega de vacunas en "stand by", los médicos comenzaron a tratar a los pacientes con inhalación de ibuprofeno, pese a que todavía el tratamiento no fue autorizado.La situación sanitaria de Brasil es, por lejos, la más complicada de la región. La emergencia sanitaria forzó a Jair Bolsonaro a adelantar el pago de las ayudas estatales, mientras los cementerios comenzaron a realizar entierros nocturnos debido a la gran cantidad de muertos diarios que registra el país. Sólo en la última jornada fallecieron 3.700 personas. Tal es la gravedad de la situación, que el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, le pidió a la ONU la entrega anticipada de las vacunas del COVAX.
El eslabón perdido del Covid y los agujeros del informe de la OMS sobre el origen del virus
El Chile, cuya campaña de vacunación avanzó con notoriedad en las últimas tres semanas, se alcanzó el millón de casos el pasado jueves. La red hospitalaria se encuentra al borde del colapso y la circulación de las nuevas mutaciones del virus obligó al confinamiento al 83 por ciento de la población (lo que, en términos argentinos, implicaría casi el retorno a la Fase 1 de la cuarentena). Además, se avanzó en la restricción de las actividades económicas que no son consideradas esenciales y se limitaron los permisos de circulación. El "ciudadano de a pie" ya no puede salir de su casa después de las nueve de la noche.
Similar fue la decisión que tomó el presidente ecuatoriano Lenín Moreno, quien declaró el estado de excepción por treinta días para las provincias de Guayas, Pichincha, Manabí, Azuay, Loja, Santo Domingo, El Oro, Esmeraldas y Pichincha. El toque de queda en esas regiones se extenderá hasta el nueve de abril y va desde las ocho de la noche a las cinco de la mañana. Sólo se permite la circulación vehicular en determinados días, dependiendo de la terminación de la patente del auto.
Paraguay, en cambio, es uno de los países de la región que menos vacunas recibió: al momento, sólo obtuvo 63 mil dosis de distintos laboratorios y el Gobierno espera recibir lo antes posible las 100 mil vacunas Covaxin provenientes de la India, que dependen de la autorizaciones de los organismos reguladores de México y Brasil. Mientras los negocios bajan sus persianas por la crisis económica que disparó la pandemia, el índice que alerta a los infectólogos locales es otro: el 50 por ciento de los internados tienen entre 18 y 40 años.
En Colombia, el Gobierno anunció que volverá a exigir a partir del siete de abril pruebas PCR negativas para todo aquel que quiera ingresar al país por vía aérea. En México, mientras tanto, Andrés Manuel López Obrador aguarda la llegada del segundo lote con más de un millón de vacunas de AstraZeneca procedente de Estados Unidos, mientras avanza con velocidad en la campaña de inoculación (se llegó a un pico de 400 mil vacunados por día). Sin embargo, pese al avance de la campaña, el país registra más de dos millones de contagios.
La "cuarta ola" europea: cómo están España, Francia, Alemania y Suecia
El Gobierno italiano ya confirmó que habrá un endurecimiento de las medidas restrictivas que se extenderá durante todo el mes de abril con el objetivo de controlar la curva de contagios. El país entró en zona roja y naranja -dependiendo las localidades- y están prohibidos no sólo los desplazamientos entre regiones, sino que además se cerraron todas las actividades gastronómicas: los bares debieron volver a bajar sus persianas y los restaurantes sólo están autorizados a llevar adelante la metodología "take away". Además, se exige el PCR negativo antes de embarcar y una cuarentena obligada de cinco días para los viajeros.En Francia la restricción es aún mayor: el país entró en el tercer confinamiento a nivel nacional. Se cerraron las escuelas, se limitó el tráfico y se prohibió la movilidad entre provincias. Al igual que en el resto de Europa, tal como advirtió la Organización Mundial de la Salud, la vacunación "es lenta" y alarma la cantidad de muertes que está próxima a superar las 100 mil. "La situación es más peligrosa que en el otoño, porque el virus es más contagioso y más mortífero", indicó el presidente Emmanuel Macron durante el anuncio.
¿Un dato no menor? El cierre de las escuelas fue una de las medidas más duras que debió tomar Macron, siendo que fue uno de los presidentes que más celebró el regreso presencial de los chicos. En principio, las guarderías y las escuelas primarias estarán cerradas a partir del lunes por tres semanas, mientras que las secundarias y las universidades estarán obligadas a un mes de inactividad.
En Alemania, en tanto, ya enfrentan la "tercera ola de Covid". El Gobierno ordenó que será necesaria la presentación de un PCR negativo antes de embarcar y las autoridades sanitarias advirtieron que, en caso de mantenerse la curva de contagios en ascenso, el sistema de salud podría colapsar durante el mes de abril. De acuerdo al último reporte oficial, Alemania registra 4.051 personas en terapia intensiva, 133 más que en la jornada del viernes. Y el dato menos alentador de todos es que el 55 por ciento de los pacientes con Covid reciben asistencia respiratoria.
España, al igual que Italia, ya se encuentra en la "cuarta ola" con una disparada de casos en más de la mitad de las provincias del país. "Aumentarán los casos en la región en los próximos días por el cierre de Semana Santa", precisó Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Es por eso que el Gobierno prorrogó por segunda vez la cuarentena obligatoria de diez días a todos los viajeros de vuelos procedentes de países en donde ya se confirmó la circulación de las nuevas cepas, como Brasil, Perú y Colombia.
Uno de los países europeos que más alarmas enciende es Polonia, cuya incidencia es de 936 casos por cada cien mil habitantes. El Gobierno decretó el pasado 27 de marzo el cierre por quince días de los centros comerciales, los gimnasios, los jardines de infantes, las peluquerías, las bibliotecas y todos los comercios no esenciales. Se volvió, en términos argentinos, a la fase 2 en materia comercial: sólo las actividades esenciales y de comercios de cercanía están permitidas.
El "modelo sueco" también entró en crisis. Aunque la intención política de Stefan Löfven era incrementar las aperturas después de Semana Santa y autorizar el incremento en el número de personas autorizadas para visitar parques de diversiones, partidos de fútbol y hasta recitales, lo cierto es que la situación cambió en los últimos días. De acuerdo a la Agencia de Salud Pública, el incremento de los contagios obligó a suspender el plan. "La situación es grave. La propagación de la infección está en un nivel muy alto", alertó Löfven.
En Hungría el Gobierno dio un paso más. Después de superar los 1.240 casos por cada cien mil habitantes en los últimos catorce días, la decisión política fue el cierre a partir del ocho de abril de actividades como los comercios no esenciales, las clases presenciales y se instaló, además, el toque de queda. "Vivimos las semanas más difíciles de la pandemia", aseguró el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.