28 Septiembre de 2021 11:49
La campaña del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires comienza a tener un horizonte, después de las peleas que tuvo la coalición gobernante luego del resultado de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Los consiguientes cambios en los gabinetes del presidente Alberto Fernández y del gobernador bonaerense Axel Kicillof no hicieron más que poner en pausa el ordenamiento.
Tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires, donde se lleva adelante “la madre de todas las batallas”, nadie quiere ser la cabeza visible o ser el jefe de campaña; lo que le agregó más incertidumbre al asunto. En las últimas horas, en diferentes reuniones que tuvieron los principales dirigentes del espacio se empezaron a definir algunos acuerdos en torno a quién tomará las riendas de la campaña en territorio bonaerense.
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En la provincia de Buenos Aires, Kicillof y el diputado Máximo Kirchner mantuvieron un encuentro ayer con el recientemente ungido jefe de Gabinete provincial, el intendente de Lomas de Zamora en licencia, Martín Insaurralde, y acordaron que será él quien se encargue de coordinar los esfuerzos de la campaña proselitista de la nómina que encabezan Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán.
Estos dos últimos se destacaron por su poca presencia recientemente, algo que indican que empezará a cambiar ya que necesitan ponerse a tono por la campaña de cara a las generales. “Apostamos a que exista un orden que no tuvimos en las PASO. Fue muy desordenado todo lo que hicimos”, explican en el seno del kirchnerismo.
Insaurralde oficiará como el jefe de campaña, pero no tendrá cargo como tal. Más bien será un coordinador entre cada uno de los jefes de distrito, quienes todavía no están del todo definidos. Ahí resta determinar una disputa más de poder. En los municipios y secciones electorales en donde La Cámpora esta enfrentada al peronismo tradicional, ¿quién será el que “corte el bacalao”?
Esa pregunta es la que se hacen desde hace semanas en las principales esferas del Frente de Todos. Y todavía no tiene solución aparente. Es que la derrota de la agrupación juvenil después de las PASO, que se plasmó sobre todo en la provincia de Buenos Aires en donde Kicillof tuvo que dejar entrar en su gabinete a dirigentes con los que en privado despotrica, daría la impresión de que sobre todo en la primera y tercera sección electoral los intendentes tendrán el control de la campaña.
Eso mismo plasman, además, los diferentes informes sobre participación electoral que circulan por todos los despachos y en los que se remarcan que hay un porcentaje de votantes del Frente de Todos que no fueron a votar en las PASO. Es decir que la ecuación que analizan no sólo no tiene a los votantes que en 2019 estaban desencantados de la gestión presidencial de Mauricio Macri y que se volcaron a Fernández sino también votos del núcleo duro que se negaron a ir a votar.
Ese mismo enfoque se repite a nivel nacional. El ahora canciller Santiago Cafiero dejó la jefatura de la campaña después de lo que sucedió en las PASO. El que tomó la posta fue su reemplazo como jefe de Gabinete, Juan Manzur, después de que al igual que en territorio bonaerense nadie buscó agarrar esa “papa caliente”.
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El jefe de Gabinete tomó la decisión de desnacionalizar la campaña, que existan 24 elecciones diferentes y evitar que la posible derrota en noviembre tenga un impacto directo en la administración nacional. Por ese motivo las bajadas del Presidente no están acompañadas por los candidatos sino que son más de contacto directo con la gente. Lejos de los grandes escenarios, la medida apunta a preservar la imagen de Fernández.