La plaza se fue colmando desde temprano y llegó a estar llena hasta poco más de la mitad. Luego de que el presidente Macri llegara desde el Congreso, y luego de recibir los atributos en el Salón Blanco de la Rosada, el climax de la ceremonia llegó con la salida al histórico balcón. Allí, el presidente realizó su tradicional baile acompañado por la vicepresidente, Gabriela Michetti, que cantó, algo desentonada, el tema "No me arrepiento de este amor", que popularizó la cantante Gilda.
Simpatizantes PRO en la Plaza.
El mandatario dejó para el final su tradicional festejo con el que cerró cada uno de sus discursos en las elecciones porteñas, las generales y el ballottage en los que triunfó el macrismo, aunque en medio de su discurso se había excusado porque "la banda" presidencial le impedía realizar sus característicos movimientos.
Los miles de manifestantes que se apostaron en la Plaza de Mayo aprovecharon un silencio que hizo el Presidente para pedirle a coro y a gritos: "que baile, que baile".
Macri primero se excusó y postergó el festejo para "cuando me saque" la banda presidencial que "empieza la música".
Y bromeó: "Yo le prometí a la presidenta (de Chile, Michelle Bachelet) bailar el próximo disco con ella, la tendría que ir a buscar".
Al finalizar el discurso, Macri le dio el gusto a sus seguidores y comenzó su tradicional baile, junto a la gobernador bonaerense que también comenzó a moverse y acompañados por la vicepresidenta Gabriela Michetti, que tomó el micrófono para entonar la canción "No me arrepiento de este amor", otra constante en la postal de los festejos macristas.
En la Plaza, como se puede ver en las imágenes del dron de BigBang, el celeste y blanco de la bandera nacional le robó el protagonismo al amarillo PRO al grito de "sí, se pudo" para presenciar la jura del flamante presidente, Mauricio Macri.
Así, tanto en el Congreso como en Plaza de Mayo, confluyeron PRO puros, radicales, trabajadores de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), que dirige Gerónimo "Momo" Venegas, y los curiosos que simplemente quisieron ser parte de un día histórico.
Entre la muchedumbre se destacó una fuerte presencia de jóvenes radicales de distintas provincias, pero lo que más sorprendió fue la gran asistencia de cordobeses que viajaron 800 kilómetros para estar el día de la jura de Macri. Según la agencia Dyn, la impronta cordobesa se sintió en el fernet que pasó de mano en mano entre la muchachada, pero también en la algarabía que se desató cada vez que los organizadores musicalizaron la espera con temas de "la Mona" Jiménez o de Rodrigo.
Esta vez, el ya tradicional "sí, se puede" le cedió protagonismo al "sí, se pudo": fue con ese cantito que le dieron la bienvenida al líder del PRO una vez que bajó de su auto y caminó por la explanada del Parlamento para concretar la jura frente a la Asamblea Legislativa.