Por Emanuel Altamirano, contador y lic. en Administración y Empresas
Mas allá de lo ilustrativo de la imagen, esta claro que hay 6 sectores muy bien definidos, divididos en dos grandes grupos: los oficialistas (violetas, algunos celestes y algunos amarillos), y los no oficialistas (algunos violetas, muchos celestes y otro tanto amarillos).
Los violetas: ¿Los disruptivos?
En este breve trayecto, el gobierno nacional, representado por la tonalidad violeta, sufre un constante declive. Dentro del ámbito oficialista, emerge un panorama marcado por el desgaste político que erosiona el poder nacional. El líder, antes firme y robusto, ahora parece despojado y vulnerable, al borde de la desnudez política.
Los pilares de la administración se desmoronan, dejando una escasez de talento en gestión y un exceso de aficionados políticos, muchos de ellos aún en sus primeros pasos y apenas llenando las líneas iniciales de un currículum.
En el mismo círculo oficialista, los allegados políticos adquieren una creciente autonomía y capacidad de decisión, aprovechando la marcada desatención del presidente en los asuntos domésticos del país. Mientras tanto, su interés parece desviarse hacia otros ámbitos, relegando la conducción de la nación para la que fue elegido.
Esta combinación da lugar a una situación caótica, donde la falta de previsión y la inexperiencia en el manejo de la cotidianidad estatal se vuelven evidentes. La reciente urgencia por distribuir alimentos almacenados durante seis meses para evitar su deterioro expone la falta de planificación en un país donde más del 60% de la población vive en la pobreza.
Incompetencia gubernamental: desafíos energéticos, políticos y económicos
En medio de una coyuntura marcada por la histórica escasez de gas y la ausencia de una planificación eficaz, el gobierno queda expuesto a la crítica por su incompetencia en el ámbito de la provisión de energía. Este déficit, sumado a la falta de previsión, deja a industrias y a la población civil desprovistos de acceso a una energía asequible, augurando un invierno difícil con la posibilidad latente de repetidas interrupciones en el suministro eléctrico.
La obsesión por mostrar un resultado financiero ficticio de superávit, liderada por el ministro de Economía, Luis Caputo, y la carencia de tacto político, en el mejor de los casos, por parte de la ministra de capital humano, Sandra Pettovello, así como la negligencia en gastos de estructura e infraestructura durante meses, son aspectos que se vislumbran como síntomas de un modelo que avanza velozmente hacia un estallido sin precedentes, cuya inevitable conclusión es conocida por todos.
En el sector no oficialista, representado por el color violeta, se encuentran figuras que Javier Milei y su equipo, han marginado del panorama político a muchos individuos claramente incompetentes en la arena política, pero útiles para captar la atención de un público que puede mostrar poco interés por las políticas implementadas por este líder, cuyo poder se desvanece. Incluso fuera del gobierno, estas figuras son utilizadas para mantener el discurso.
En este contexto, surgen varias interrogantes sobre este sector: ¿Quién está gobernando?; ¿Quién está gestionando?; ¿Es beneficioso mantener un superávit a expensas de un endeudamiento futuro? y ¿Qué depara el futuro para este gobierno si persiste en esta dirección?
El Universo Amarillo: dilemas y desafíos, entre la crítica y la reconfiguración política
Dentro del círculo oficialista del color amarillo, destaca la figura del Jefe de Gobierno, Jorge Macri, cuya gestión ha sido cuestionada por su aparente incapacidad para manejar eficientemente una ciudad con un presupuesto similar al de Copenhague.
El deterioro de la infraestructura y la falta de mantenimiento en los espacios públicos han generado un descontento palpable, expresado en la nostalgia por la administración anterior encabezada por Horacio Larreta. con expresiones como "extraño a Larreta" siendo comunes en las calles.
Resulta evidente la ausencia de medidas efectivas para abordar la situación de las personas en situación de calle, que son desplazadas hacia el conurbano bonaerense, evidenciando una falta de atención social y humanitaria por parte de las autoridades locales.
Surge la impresión, que para algunos no parece casual, de que Jorge Macri estaría reservando su posición como jefe de gobierno para alguna otra figura política, posiblemente como un refugio para Mauricio Macri en el año 2027.
En el vasto universo amarillo no oficialista, se observa una división marcada. Por un lado, un grupo de personas trabaja tras bastidores para formar un equipo político destinado a un futuro gobierno de emergencia, mientras que también actúan como reserva para los violetas oficialistas, con limitada capacidad de gestión pero un firme deseo de participar en la política y no ser olvidados.
Por otro lado, otro grupo de amarillos no oficialistas, compuesto por radicales y otros partidos menores, lucha por no desaparecer en la sombra del pasado cada vez más lejano. Surgen interrogantes respecto a este sector: ¿Serán capaces de reconocer que la población los ve como una reliquia del pasado?; ¿Podrá emerger alguna figura distinta a Mauricio Macri para representar este espacio?; ¿Podrán ofrecer una alternativa de gobierno que no sea anacrónica y ligada a intereses terratenientes?. El futuro político de los amarillos está marcado por la incertidumbre, pero también por la oportunidad de reinventarse y recuperar la confianza perdida.
La inmensidad celeste: un panorama político en movimiento
En el vasto firmamento político celeste, la figura de Axel Kicillof emerge como una fuerza oficialista con tintes épicos, llevando las riendas de la compleja provincia de Buenos Aires mientras simultáneamente traza una estrategia política de largo alcance. Sin embargo, detrás de la retórica épica, se esconde una provincia comprometida financieramente, una realidad poco abordada en los discursos políticos.
Acompañando a Kicillof, un grupo de gobernadores peronistas, no necesariamente alineados con la corriente "K", enfrentan enormes desafíos financieros a raíz de la escasez de fondos provenientes del gobierno nacional.
Por otro lado, en el espectro peronista no oficialista, una serie de dirigentes compiten por emerger como el nuevo líder del movimiento. Entre ellos destacan figuras como Juan Grabois, Guillermo Moreno y Máximo Kirchner, sumándose también Leandro Santoro y Sergio Massa.
En este escenario, estas figuras no solo deben consolidar su apoyo entre los seguidores internos del movimiento, sino que también deben persuadir a los partidarios de otros referentes políticos del mismo espacio, y a su vez, atraer al electorado no alineado. A pesar de los diferentes enfoques y estilos de cada líder, todos enfrentan el desafío de presentar propuestas integrales que aborden las necesidades tanto de sus propios seguidores como de aquellos fuera de su círculo político.
Es crucial fortalecer y presentar una visión de gobierno que contemple soluciones para todos los sectores de la economía. Surgen así varios interrogantes dentro de este sector: ¿Será posible una unificación pacífica entre las diversas facciones del peronismo?; ¿Se podrá elaborar un plan de gobierno único que abarque todas las tonalidades y sectores dentro de este vasto espectro político? y ¿Habrá espacio para los exmandatarios dentro de esta nueva configuración del poder?
En un contexto político en constante evolución, estas preguntas delinean los desafíos y oportunidades que enfrenta el peronismo argentino en su búsqueda por revitalizar y unificar su base de apoyo. La respuesta a estos interrogantes definirá el rumbo político del país en los próximos años.
La opinión de mi opinión: Una perspectiva critica.
Luego de analizar sector por sector, se ve una muy baja posibilidad a que este gobierno llegue a fin de mandato, cuenta con dos ayudas para poder seguir avanzando, una es la falta de legitimidad que tienen tanto los amarillos como los celestes, para poder llevar a cabo algo mas que algunas manifestaciones en prensa y de convocatoria de distinto tenor, pero todos saben que con ellos solos no alcanza y que necesitan el apoyo de las otras figuras del mismo partido.
En un contexto de creciente descontento, y de desaprovechamiento de esa situación por ambos partidos por problemas internos y de cartel, la falta de legitimidad política, y también y no menor, la posibilidad de que un chivo expiatorio como Milei detone las estructuras construidas por los fracasos anteriores, les otorgue la posibilidad de reconstruir el estado casi desde cero, pocos hablan de esto, pero también es muy cierto que Javier Milei le es muy conveniente a todo el arco político.
Tras un meticuloso análisis de los distintos sectores políticos, las posibilidades de que el actual gobierno llegue a cumplir su mandato son sumamente bajas. Se ve reflejado en la falta de legitimidad tanto de los partidos "amarillos" como "celestes", quienes se encuentran limitados en su capacidad de acción más allá de algunas manifestaciones en los medios y convocatorias de diversa índole.
Es ampliamente reconocido que ninguno de estos sectores cuenta con el respaldo suficiente para llevar a cabo políticas sustanciales sin el apoyo de otras facciones dentro de sus propios partidos. ¿Qué sucederá después de que en las elecciones de medio termino estos partidos mejoren sus guarismos contra el oficialismo?